No se sabe por ahora cuál será el futuro del proyecto que pretende ampliar y mejorar más de 256 kilómetros de vía, de los que el 90 por ciento están ubicados en el Norte del Tolima.
La Concesionaria Alternativas Viales S.A.S. está a cargo de esta iniciativa que corresponde a los proyectos de cuarta generación (4G), pero cuyo avance está en la cuerda floja por las dificultades que registra en su cierre financiero.
Esta situación ha hecho que se enciendan todas las alarmas en poblaciones como Líbano y municipios cercanos, en donde sus habitantes esperan la intervención de esta vía desde hace más de 50 años.
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Pero la preocupación no solamente es de los libanenses. La intervención de Alternativas Viales en los 256 kilómetros involucra a otros seis municipios de manera directa en el Norte del Tolima (ver Proyecto Cambao - Manizales).
De Sur a Norte, la zona de influencia del proyecto tiene como extremos a Ibagué y Mariquita - Honda; y de oriente a occidente, a Cambao (corregimiento de San Juan de Río Seco, Cundinamarca), Líbano y Murillo, y continúa hasta la zona rural de Manizales.
La construcción no ha comenzado
Luego de ser presentado como una Alianza Público Privada de iniciativa privada (APP – IP) por el consorcio Alternativas Viales, en julio de 2015 el Consejo de Ministros aprobó la inversión para ejecutar el proyecto, cuyo costo asciende a los 1.3 billones de pesos.
Ese mismo mes, el entonces vicepresidente de la República, Germán Vargas Lleras, presidió la firma del contrato de Concesión entre la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) y Alternativas Viales, en un acto organizado en Líbano.
Sin embargo, aunque el proyecto recibió el aval del Gobierno nacional desde 2015 y se generaron grandes expectativas, luego de dos años la iniciativa no ha podido avanzar hasta la etapa constructiva.
Con obras sin iniciar, a la Concesionaria Alternativas Viales han llovido críticas desde la opinión pública, en específico de usuarios de la vía en municipios como Alvarado, donde cuestionan un incremento importante en las tarifas del peaje.
Sin embargo, desde el segundo semestre de 2015 la Concesionaria está a cargo de este inmenso corredor en forma de cruz. A diario, en turnos de 24 horas, los siete días de la semana, su personal adelanta distintas operaciones en las vías.
Se adelantan trabajos de mantenimiento en las carreteras como cambio de la carpeta asfáltica en los tramos más afectados por piel de cocodrilo, así como obras de estabilización de taludes y de señalización.
Asimismo, son ejecutadas actividades de rocería, poda y limpieza en las vías. Sumado a esto, la Concesionaria dispone de ambulancias, carrotaller y servicios de grúa, con los que se apoya de manera gratuita a los usuarios del corredor que presentan dificultades.
La ingeniera Magda Perdomo, jefe de Mantenimiento de la Concesionaria, dijo a EL NUEVO DÍA que además de estos trabajos, la empresa apoya las operaciones de la Policía de Carreteras en la zona.
Por su parte, Yesid Galán, jefe del Área Social de la Concesionaria, informó que a lo largo de estos dos años se han organizado actividades que involucran a las comunidades de las poblaciones ubicadas en zona de influencia del proyecto.
Entre los asuntos en que se ha orientado a los ciudadanos y usuarios del corredor, están los referidos al cumplimiento de las normas de tránsito y recomendaciones para prevenir accidentes en las carreteras.
La ingeniera Perdomo informó que estas y otro listado completo de actividades que se efectúan son un deber para la Concesionaria porque están incluidas en el contrato de concesión suscrito en 2015. Pero entonces, ¿por qué no ha comenzado la etapa constructiva?
No hay cierre financiero. Esa es la razón de que no haya comenzado el proceso de intervención en las vías. A la fecha se han suscrito varios otrosí al contrato en los que se ha prorrogado el inicio de las obras.
El cierre financiero no se ha alcanzado, porque un concepto emitido por Parques Naturales Nacionales de Colombia (Pnnc) en 2013 señala que la operación en la vía que se prevé intervenir generaría afectaciones ambientales en los límites del Parque Nacional Natural Los Nevados.
En otras palabras, sería inviable intervenir y pavimentar el tramo existente entre Murillo y el cruce La Esperanza, que corresponde a las unidades funcionales Cuatro y Cinco.
En un aparte del concepto emitido por Pnnc se señala que en caso de construir la carretera sobre el trazado existente, se deberá tener en cuenta “un manejo especial en esta zona” (ver Concepto de Pnnc).
Y señala que habría que establecer medidas tales como la restricción en la velocidad de operación de los vehículos hasta los 20 kilómetros por hora, lo que sin duda afectaría el desplazamiento habitual de los usuarios en comparación con otras vías con las mismas características.
Como el concepto implicaría probables modificaciones al trazado inicial aprobado en el contrato de Concesión, un posible ajuste impactaría las condiciones financieras del proyecto.
Las cuentas no cuadrarían para la Concesionaria, cuya inversión anticipada con recursos de origen privado sería recuperada de manera posterior, con el recaudo de peajes en la zona.
Según el contrato de concesión establecido, en el tramo La Esperanza - Murillo se propone la ubicación de un peaje, así como en el de Líbano - cruce de Armero.
Pero más allá de esta situación, lo que no se entiende es por qué el proyecto vial llegó a instancias tan avanzadas, y entidades gubernamentales como la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (Anla) no advirtieron los problemas en el trazado.
Puja entre Tolima y Caldas
Existe otra piedra en el zapato que podría frenar el proyecto. Detrás de la iniciativa existe una puja de intereses entre dos regiones: Caldas y Tolima; entre Manizales y los municipios tolimenses que esperan la ejecución de la iniciativa. Es bien conocida la posición de algunos gremios económicos de Caldas y de las colonias caldenses y del Norte del Tolima que residen en Bogotá, que solicitan al Gobierno nacional la adecuación y mejoramiento del corredor Manizales - Letras - Mariquita.
Si bien esta propuesta conecta con el Norte del Tolima, deja por fuera las localidades de Murillo y Líbano, poblaciones que están confiadas en el desarrollo que traería el proyecto de Concesión entre Cambao y Manizales.
Es cuestión de intereses. Para los caldenses que defienden el paso por ‘Letras’, el objetivo es tener una conexión directa con Bogotá para un mejor intercambio comercial. En su concepto, el paso por Murillo no es conveniente desde el punto de vista competitivo.
Esta diferencia de posiciones ya se estaría moviendo en el ámbito político y en altas esferas, tanto que en Líbano se habla de que el actual ministro de Transporte, el caldense Jorge Eduardo Rojas Giraldo, estaría de acuerdo con el paso por ‘Letras’ dados los beneficios para su Departamento.
Esta suposición radica en que Rojas Giraldo fungió como alcalde de Manizales entre 2012 y 2015, ciudad donde, además, nació.
Concepto del Pnnc
En su concepto, el Pnnc señala que “aunque el proyecto no se localiza dentro de los límites del parque, sí coincide en muchos puntos con el límite exacto”. Y agrega que parte del trazado está “emplazado” en la ‘zona de función amortiguadora’ del Parque, “que, aunque no tiene las limitaciones estrictas del área del interior del Parque, sí requiere de un manejo cuidadoso”.Entre las acciones están restringir la velocidad de los vehículos en la zona y determinar cuál sería la influencia del mejoramiento de la vía en estas áreas.
Entre los posibles impactos, el Pnnc señala que habría un aumento de la población en la zona de amortiguación del Parque, incremento de la población en la región, posible aumento de las presiones sobre el parque en lo referente a servicios ecosistémicos (agua, leña, madera, cacería, expansión de frontera agrícola) e incremento de las actividades agrícolas, cambio de uso del suelo.
Posibles escenarios
El 8 de julio se cumplirá una reunión en Líbano, a la que asistirían varios alcaldes del Tolima y representantes de entidades como la Anla, ANI, entre otras, fundamentales para el proyecto. Aunque el encuentro es de carácter informativo, se prevé que se adopte decisiones que pueden repercutir en el futuro de la iniciativa. Sin embargo, el único que puede acabar con la incertidumbre que existe es la Nación, que deberá dar un concepto definitivo acerca de la viabilidad o no del corredor.
Entre los escenarios está que el actual trazado sea modificado y la intervención apenas llegue a Murillo. En otro caso, la Concesionaria puede decidir no continuar adelante con el contrato por el cambio en las condiciones iniciales.Asimismo, el Gobierno nacional podría declararlo como no viable y destinar el recurso a otras iniciativas. Estas son algunas de las posibilidades.
Proyecto Cambao – Manizales
El corredor Cambao - Manizales tiene un trazado de 256 kilómetros divididos en cinco tramos (unidades funcionales): Ibagué - Armero, 76,9 km; Cambao - Armero - Mariquita - Honda, 68.8 km; Armero - Murillo, 55.7 km; Murillo - Alto de Ventanas, 24.7 km, y Alto de Ventanas - La Esperanza, 29.9 km. En la intervención no será construida una nueva calzada, sino que se adecuará y mejorará la existente, de acuerdo con las especificaciones técnicas que exige el Instituto Nacional de Vías (Invías).
Cifra
274 trabajadores tiene la Concesionaria Alternativas Viales en el corredor.
Dato
La ingeniera Perdomo explicó también que los recursos con los que la Concesionaria adelanta sus operaciones son propios, y agregó que los dineros recaudados en los peajes son salvaguardados en una fiducia y no están siendo invertidos por Alternativas Viales.
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