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El municipio de Santa Rosa de Cabal, en el departamento de Risaralda, se vio sacudido por una serie de asesinatos que sembraron el terror en la comunidad mototaxista de la región. Lo que comenzó como un caso aislado pronto se transformó en una ola de crímenes cada vez más brutal, cuyo patrón parecía desconcertante. Los homicidios ocurrían con exactitud el día 4 de cada mes, dejando tras de sí víctimas desmembradas y con signos de una violencia extrema.
La investigación comenzó con el hallazgo de un hombre gravemente herido en la orilla de una quebrada, en las afueras de Santa Rosa. El hombre, que fue identificado como mototaxista, estaba en coma debido a las graves lesiones causadas por el agresor. En el lugar del ataque, la Policía encontró un casco de motocicleta con placas que pertenecían a Rigoberto Toro, un reconocido mototaxista local. En un primer momento, las autoridades pensaron que el crimen había sido producto de un robo, pero pronto se descubrió que este asesinato era solo el comienzo de una serie de homicidios con un patrón macabro.
A lo largo de tres meses, la investigación fue avanzando, y las autoridades identificaron al principal sospechoso: Franklin Vidal, de 55 años. El hombre coincidía con las características de los perpetradores en los videos de seguridad y con los testimonios de testigos. Sin embargo, lo que parecía ser un caso de homicidio aislado se fue complicando cuando, poco después, se reportó otro asesinato: esta vez, la víctima fue Gildardo Cuervo, de 58 años, también mototaxista de la región.
La Policía pronto descubrió que todos los crímenes, hasta ese momento, compartían una particularidad inquietante: todos se cometían el día 4 de cada mes, con un mes de diferencia entre cada uno. La investigación reveló que Franklin Vidal seguía un patrón fijo en sus ataques, lo que levantó sospechas de que algo mucho más profundo estaba detrás de estos homicidios.
Lo que las autoridades descubrieron después cambió por completo el rumbo de la investigación. Según testimonios recabados, Franklin Vidal había perdido a su hija, Leidy Vidal, de 22 años, en abril de 2017, cuando ella fue asesinada por su pareja. Desde entonces, Franklin había jurado vengar su muerte. En su mente, los mototaxistas de la región eran responsables de lo ocurrido, y cada uno de los asesinatos tenía como objetivo a alguien que, según él, estaba vinculado con la muerte de su hija.
El 25 de julio de 2022, la Fiscalía emitió una orden de captura contra Franklin Vidal, quien fue detenido bajo cargos de homicidio agravado en concurso con tentativa de homicidio. Durante el allanamiento a su vivienda, las autoridades encontraron documentos, un teléfono móvil y pertenencias de las víctimas, lo que confirmaba la implicación directa de Vidal en los crímenes.
El propio Franklin Vidal aceptó los cargos y fue condenado a una pena de 35 años y 3 meses de prisión por los homicidios cometidos, poniendo fin a un largo capítulo de violencia que aterrorizó a la comunidad de mototaxistas de Santa Rosa de Cabal.
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