Cambios que usualmente se confunden, suponiendo que acciones como ser hiperactivo, comer mucho o hasta hablar determinados temas, son considerados de manera equivocada como pubertad precoz.
Uno de los aspectos que más ha sido relacionado con este tema de manera errada y sin base científica es el consumo de alimentos como las carnes. Shokery Awadalla. El médico endocrinólogo pediatra, miembro de la Asociación Colombiana de Endocrinología, Diabetes y Metabolismo ACE, afirma que “no hay ninguna relación negativa ni positiva entre los alimentos y la pubertad, pero cabe anotar que el exceso de comida y la falta de deporte generan sobrepeso, y el sobrepeso puede generar un adelanto en la maduración ósea y el desarrollo puberal”.
Afirma el experto que “uno de los mitos más frecuentes es la relación con el consumo de algunos alimentos como el pollo, diciendo que contienen muchas hormonas”.
El mito del uso de hormonas en la carne de pollo es uno de los más comunes y cabe aclarar que es eso, un mito, ya que está comprobado científicamente que es imposible su utilización. Inyectar hormonas a un pollo es logísticamente imposible y económicamente no es rentable. Algunas de las conclusiones de los expertos son:
No existen hormonas de crecimiento para aves
Como las hormonas de crecimiento no se producen de manera comercial, su costo sería tan alto que incluso superaría el mismo valor del ave.
La administración de hormonas sería extremadamente difícil
Los pollos tendrían que ser inyectados, lo cual sería una tarea descomunal si se tiene en cuenta que una granja mediana en Colombia maneja una población de 30 mil pollos.
Se requiere esfuerzo físico para aumentar masa muscular
El empleo de esteroides anabólicos para conseguir mayor masa muscular en los pollos es un imposible, pues las aves tendrían que hacer ejercicio para conseguir el efecto deseado.
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