El mes de Las Madres no fue de celebración para la familia Correa Medina que reside en el municipio de Piedecuesta, Santander. 

A las 11:00 de la mañana, Yenny Paola Correa Medina, de 37 años, dejó de luchar por su vida. El pasado domingo 2 de abril, mientras visitaba a su expareja en la cárcel de Palogordo, Yenny fue apuñalada en 17 ocasiones.

Su mamá, su hija de 16 años y sus cuatro hermanos: tres mujeres y un hombre, tenían la esperanza de que saliera de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario de Santander, HUS, pero las graves heridas le apagaron sus signos vitales.

Una de sus hermanas le aseguró a Q’hubo que el brutal y desmedido ataque fue con un hueso de pollo, al que el agresor le sacó filo para hacerlo más letal. La mayoría de las lesiones fueron sobre la zona del cuello.

“Todo estaría relacionado a reclamos por celos. Ella estaba con él porque el tipo la tenía amenazada, sin embargo ella hacia el esfuerzo por ir hasta esa cárcel, que no es fácil llegar, para visitarlo y que sintiera la compañía de su pareja, pero mire cómo le terminó pagando”, relató una de las hermanas.

Ese domingo, el 2 de abril, día de las visitas autorizadas para los familiares, Yenny fue a acompañar al padre de su hija de 16 años, Ronald Torres Vega. Tenían una relación desde hace 20 años.

Ronald desde hace seis años se encontraba condenado a 24 años de prisión por los delitos de homicidio, porte de armas y tráfico de estupefacientes.

A las 12:50 de la tarde salió de una de las celdas del patio 8 a la zona de visitas y después de una discusión la agredió, el hombre intentó quitarse la vida con el mismo hueso de pollo, pero los guardianes lo impidieron, desde ese día permanece aislado.

Desde ese momento, Yenny permanecía en una UCI del HUS, hasta el domingo que falleció.

“Siempre tuvimos la esperanza de que saliera de esa cama y volviera con su familia, su hija la necesitaba. Ese sujeto debe pagar por todo el daño que nos hizo. Era una mujer luchadora, pero escogió mal a su pareja. Ahora nos deja un gran vacío en nuestro hogar”.

Días después del ataque, a Ronald se le realizó una audiencia por el delito de tentativa de feminicidio, pero no aceptó los cargos imputados por la Fiscalía. Ahora, por la muerte de Yenny, su proceso cambiará de tentativa a feminicidio agravado y podría afrontar una pena de entre 20 y 40 años de prisión.

La familia no solo espera una nueva condena para Ronald, que ya cumple una de 24 años por homicidio, sino también las explicaciones del Inpec del porqué no se custodió la vida de Yenny.

“Esta es la fecha y no nos han dado una explicación de qué pasó. Cómo fue que no se requisó al reo antes de la visita. Esperamos respuestas”.

El veedor de los derechos carcelarios, Hernando Mantilla, también agregó que el hombre tenía una orden de traslado a una cárcel de máxima seguridad.

“En la cárcel de Cómbita, en Boyacá, también este fin de semana un interno asesinó a su pareja con arma cortopunzante. La pregunta es por qué los reclusos andan armados y qué pasa con las requisas por parte de los funcionarios del Inpec, preguntas obligadas que se deben responder”, señaló.

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