Según Vanguardia, la Fiscalía General de la Nación, en conjunto con el Gaula Militar y el CTI, desmanteló una red criminal que operaba en presuntas fundaciones de rehabilitación en Bucaramanga, Girón y Piedecuesta, Santander. Las investigaciones revelaron prácticas atroces contra personas en procesos de rehabilitación, quienes fueron víctimas de secuestro, tortura, abuso sexual e incluso homicidio.

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Presuntamente, esta estructura delictiva atraía a personas con problemas de adicción, principalmente de departamentos como Santander, Norte de Santander y Atlántico, para luego someterlas a condiciones de insalubridad, falta de alimentos y largos periodos de incomunicación. Los internos, incluso menores de edad, fueron obligados a vivir en hacinamiento, expuestos a abusos físicos y sexuales, además de recibir medicación psiquiátrica sin supervisión adecuada. Se reporta que algunas víctimas fueron sometidas a golpes, tortura psicológica y baños de agua fría, mientras que los testimonios también señalan amenazas e intimidación a cargo de empleados que se hicieron pasar por autoridades.

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Jonathan, una de las víctimas que logró escapar, relató a Noticias Caracol, que estuvo cautivo durante 45 días sin que su familia tuviera información de su paradero. “Nunca le dijeron a mi mamá dónde estaba; mi familia me tenía reportado como desaparecido”, contó en entrevista. La situación de emergencia terminó para él cuando las autoridades intervinieron y clausuraron el lugar.

La Fiscalía indicó que continúa la investigación y advirtió que podrían producirse nuevas capturas en el transcurso de las próximas semanas, debido a la magnitud de los delitos y el número de víctimas afectadas en estos supuestos centros de rehabilitación.