El pasado 31 de diciembre, el perro se extravió de su hogar, de inmediato su familia empezó una búsqueda exhaustiva para dar con su paradero, es así como descubrieron que Cosmo, se encontraba bajo poder del Instituto de Protección y Bienestar Animal, IDPYBA, tras haber sido atropellado cerca del Parque Nacional. 

De acuerdo con la familia, intentaron comunicarse con la entidad para hacerse cargo de su perro y cubrir sus gastos médicos, sin embargo, se les pidió esperar 15 días para una respuesta. Javier Barreto, cuidador de Cosmo fue informado que el perro tuvo que ser eutanasiado por una supuesta enfermedad, “nos dijeron que tenía moquillo, en el acta no dice qué tan avanzado es, pero nosotros que vivimos con él y lo cuidamos, nunca le notamos un síntoma de esos”.

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La entidad de protección animal IDPYBA, a través de un comunicado salió a aclarar la situación, indicando que el peludo ingresó a sus instalaciones el 2 de enero tras un reporte ciudadano sobre un perro herido, el reporte inicial indicaba un posible atropellamiento con dificultades de movilidad y compromiso neurológico.

En ese orden de ideas, Cosmo recibió ayuda médica y se verificó la presencia de un microchip sin información de contacto asociada. Tras ser trasladado a una clínica operadora, se le realizaron exámenes que arrojaron “un trauma medular con compromiso neurológico, lo cual le causaba dolor severo, parálisis del tren posterior y pérdida de control de esfínteres, desplazamiento de cuerpo vertebral T12 en las radiografías tomadas y Distemper canino”.

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Es así como la entidad, decidió aplicarle la eutanasia al canino y acabar con su dolor, “lamentamos la partida de Cosmo y expresamos toda nuestra solidaridad con la familia”. Por su parte, el alcalde Carlos Fernando Galán se pronunció al respecto, enfatizando en la necesidad de aclarar lo sucedido. 

“Lamento mucho lo sucedido con Cosmo y me solidarizo con el dolor de su familia. Revisaremos con cuidado el procedimiento adelantado por el IDPYBA tras encontrar a Cosmo el jueves 2 de enero. Según el informe de la institución, el perro fue atropellado y, como consecuencia de ese accidente, sufrió "dolor severo, parálisis del tren posterior y pérdida de control de esfínteres." En los exámenes practicados, al parecer, también dio positivo por moquillo. El instituto debe garantizar siempre la transparencia de sus actuaciones y estar dispuesto a atender las inquietudes ciudadanas y a explicar las decisiones que toma”, afirmó Galán a través de su cuenta de instagram. 

La investigación ordenada por el alcalde busca esclarecer si los protocolos se siguieron correctamente, si se agotaron todas las instancias para contactar a la familia y si la eutanasia fue la única opción viable. Este caso ha abierto un debate sobre la atención y el manejo de animales heridos en Bogotá y la importancia de una comunicación clara y oportuna con sus cuidadores.