Consuelo Orozco, del Idead, tesis doctoral laureada

SUMINISTRADA - EL NUEVO DÍA
Que haya una conexión entre las emociones y la razón es la propuesta que se hace. Discernir entre los sentimientos positivos y negativos es un ejemplo de ello.

La actual cooordinadora del Centro Regional de Educación a Distancia del Idead de la Universidad del Tolima en Pereira, Consuelo Orozco, concluyó sus estudios de doctorado con una tesis doctoral lauerada, la máxima calificacióin que un jurado de trabajos de investigación otorga cuando hay alto rigor científico en cada una de las etapas de dicho proceso.

“Coincidimos en advertir una propuesta promisoria para la educación por su coherencia y consistencia no solo temática, sino también fundamentalmente vivencial y actitudinal”, dice el jurado evaluador, nacional e internacional del que hiicieron parte Martha Osorio de Sarmiento, Claudia Arcila Rojas y Elio Fabio Gutiérrez Ruiz.

Se trata de una tesis que elaboró Orozco en la Universidad Tecnológica de Pereira, de la red de 11 universidades que integran Rudecolombia, entre ellas la Universidad del Tolima, para la oferta de este doctorado en Ciencias de la Educación. La tesis doctoral tiene por título ‘Razón y emoción. En busca de la unidad perdida en el plano educativo’, dirigida por Julián Serna Arango.

Es pertinente decir que una tesis doctoral alcanza el reconocimiento de “laureada” cuando la investigación cientifica correspondiente efectuada por el estudiante de doctorado hace un aporte significativo al conocimiento ciuentifico, en este caso a a temas sobre lo que se conoce como la inteligencia emocional y el razonamiento.

Al respecto, la autora de la tesis dice: “Conectando la emoción con la razón, las decisiones de los estudiantes, no solo serían las más claras, sino, además, las más apropiadas para sí mismo y para los demás y acordes a las necesidades de la situación. Se inscribe además, en la investigación-acción participativa, reflexiva y cualitativa”.

Trabajo integral

De tal manera, que se hace un llamado con el fin de cambiar estrategias didácticas y contenidos de aprendizaje que se apartan de los procesos de formación humana y se apegan a rutinas instrumenalistas y mecanicistas que hacen poco pertinente lo que se enseña a las aulas y propician fenómenos que generan el desinterés por lo educativo y, en consecuencia, el abandono de las aulas o la reprobación tan común en las instituciones escolares.

“Continuar reprimiendo la emoción y dividiendo lo que por naturaleza está unido, es un pecado capital que terminan pagando los estudiantes y la sociedad a precios muy altos”, es una de las conclusiones de la tesis doctoral de Orozco.

“Que la educación atienda a las múltiples dimensiones que constituyen el ser humano (pensamiento, emoción y acción) resulta perentorio, formar no solo profesionales, sino, además, seres humanos integrales y éticos que se preocupen por las consecuencias que sus acciones tienen sobre otros, en aras de contrarrestar el individualismo e indiferencia que caracteriza la sociedad actual”.

Se apoya esta nueva doctora en educación, en autores como Nussbaum, Maturana, Freire, Nietzsche, Wort, Austin, McLean, Damasio y otros en los campos teóricos de los social, lo lingüístico y lo neurocientífico, que se toman como referentes para abordar esta temática.

Se dedica muchas palabras para hablar de las emociones positivas, entre ellas el amor, y desde luego el afecto, y de las emociones negativas, porque unas y otras deben ser conocidas por el docente en su desempeño profesional si se aspira a que los estudiantes sean felices estudiando, se forme para la cohesión social y para la convivencia escolar. Que haya una conexión entre las emociones y la razón es la propuesta que se hace.

“El currículo, lejos de enfocarse únicamente en entrenar para pensar y para actuar, necesita, además, incluir la afectividad para formar al ser atento a las realidades sociales y culturales actuales y a su posterior intervención. Trascender juntos la muralla reduccionista de la racionalidad instrumental, sería la clave.

El papel del educador no se limita a aplicar la norma, sino, que debe ser, además, un artista, un actor, un mago, un constructor de nuevas prácticas pedagógicas que democraticen la educación, las culturas y las sociedades actuales y las futuras”, dice Orozco en su texto.

Si esto fuere así, y desde luego que es posible, los educadores deberán, entre otras cosas, modificar las estrategias de evaluación que tiene como modelo las pruebas estandarizadas tipo Saber del Icfes. Porque, ¿acaso es posible evaluar elafecto, el amor y la convivecia escolar, con ítems donde el estudiante marca sus respuestas con una X, de entre varias opciones cerradas?

Comentarios