Richard Mangino, de 65 años, perdió sus cuatro miembros debido a una infección en 2002. Tras una cirugÃa de 12 horas con un equipo de 40 personas en el hospital Brigham and Women's, famoso por ser pionero en los transplantes de cara, al paciente le fueron implantadas dos manos donadas.
En sus primeras declaraciones, Mangino agradeció a la familia del donante.
"Mi familia y yo lloramos la pérdida de su familiar. Me siento honrado y abrumado por la emoción. Gracias por este regalo tan increÃble", dijo en un comunicado.
Sin embargo, Mangino expresó que su mayor emoción era la felicidad ante la perspectiva de retomar una vida más normal y, sobre todo, por la posibilidad de jugar con sus nietos.
"El único milagro por el cual he rezado, desde que nació mi nieto mayor, Trevor, fue poder tener el sentido del tacto nuevamente. Tocar las caras pequeñas de él y de Nicky, acarciarles el cabello y enseñarles a tirar la pelota. Para mÃ, eso serÃa un milagro", afirmó en un comunicado.
Hasta ahora este hombre, padre de tres hijos, utilizaba prótesis y habÃa conseguido conducir un coche, tocar la guitarra y usar una computadora.
El transplante implicó una delicada conexión de piel, tendones, músculos, ligamentos, huesos y tejido vascular.
Hasta ahora se han realizado sólo 21 transplantes dobles en todo el mundo, desde que expertos franceses realizaran la primera intervención de este tipo en la ciudad de Lyon en 2000, según el registro internacional de transplantes de manos.
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