Muchas son las razones que llevan a que cada dÃa las serpientes estén en más alto riesgo de extinción.
Se estima que al año son exterminadas entre 54 y 113 millones 600 mil especies. Las principales amenazas para los ofidios son la matanza, la destrucción de hábitats, los accidentes en carreteras y el tráfico ilegal.
Una amenaza tendrÃa que ver con la colecta que efectúan los cientÃficos, práctica que el Ministerio de Ambiente quiere equiparar con el tráfico ilegal, algo que no se justifica.
Estos reptiles se alojan en todo el paÃs; sin embargo, para conservar la especie se necesita identificar los peligros en su contra que reducen las densidades y diversidad, y conocer su distribución geográfica.
Por su mala fama
El pánico y temor a los ofidios por lo general se debe a su veneno o al peligro que representan. En muchos casos se debe a un suceso instintivo del ser humano.
Tras entrevistas con campesinos de diferentes zonas del paÃs, se pudo corroborar que ellos han sido los más afectados por las serpientes. Sin embargo, se desconocen datos confiables sobre la muerte de la especie por matanza, por eso se debe extrapolar para cuantificar.
Cifras en el orden de dos o tres ejemplares eliminados por dÃa son estimaciones con un grado alto de confianza. Los campesinos asumen que todas las serpientes (o los animales similares) pueden ser venenosas. Por eso la matanza cubre también a las inofensivas, culebras ciegas, tatacoas y lagartijas que carecen de miembros. Ese comportamiento puede ser noble al querer proteger a sus familias, pero el desconocimiento deteriora la riqueza biológica y, lo peor, se transmite por generaciones.
Se reducen los hábitats
La destrucción de hábitats es otra de las razones por la que se ha visto afectada la especie. Si bien en la región húmeda andina la destrucción Âambiental tiene menor impacto sobre las serpientes debido a que no existen muchas, esta puede ser tan extensiva que llega a formar una unidad Âecológica en otras partes como la zona cafetera, en donde estos reptiles están en grave Âpeligro.
En Caquetá y Meta, asà como en la región del Magdalena Medio, la pérdida de los entornos naturales húmedos ha impactado a las culebras, que no son capaces de adaptarse a un ambiente más cálido y seco; por eso han tenido que emigrar a sitios que tampoco les ofrecen protección.
El tráfico de animales también agudiza la situación, aunque en este caso se restrinja a pocas especies. Ejemplares como los güÃos (Boa constritor) apreciados en los mercados internacionales y nacionales; las cascabeles y algunas talla equis, apetecidas en la medicina tradicional, están en la mira de los traficantes. Por este factor se eliminan del ambiente entre mil y cinco mil ejemplares por año.
Colombia cuenta con una riqueza de serpientes poco apreciada en la bibliografía científica. El tráfico de esta especie ha tenido repercusiones como la eliminación entre mil y cinco mil ejemplares al año.
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