Kathy Sáenz es bella, carismática e imprevisible. Siempre está en las noticias. En sus inicios, como reina de belleza, luego por los hechos de su vida privada. Desde 1993 por su trabajo como actriz. La hemos visto en Juegos prohibidos, Primera dama y Pura Sangre y próximamente estará en Un sueño llamado salsa.
A sus 40 luce muy bien, ¿cómo se cuida?
No fumo, no trasnocho, llevo una vida tranquila tratando de evitar el estrés excesivo. Eso hace que me sienta bien con mi vida y con mi cuerpo.
¿Por eso decidió convertirse en vegetariana?
Antes de que naciera mi hija, hace seis años, era muy fiestera, rumbera y trasnochadora, mejor dicho, hasta ‘patialegre’. Quedé embarazada, se me quitaron las ganas de fumar y de tomar. Cuando ella llegó tomé la decisión de tener un estilo de vida más natural.
¿En qué consiste?
Las carnes rojas me caen muy mal y les cogí fastidio, así fue con el pollo y el pescado. Trato de llevar un ritmo muy tranquilo. Como muchos vegetales, frutas y alimentos sin químicos. Voy por la vida encontrando el balance en todo lo que me rodea.
Y ¿cómo hallarlo en medio de tanto ruido mediático?
Meditando, esa es mi mayor fuerza, mi motor. En eso encuentro mi paz, si yo no medito me siento muy mal durante todo el día.
¿Qué es la meditación?
Es retirar toda la tensión de la mente, que es la loca de la casa. Es callarla por un rato y estar en pleno silencio, en paz, conectado con la energía de Dios todopoderoso y sentir eso.
¿Qué logra eso en usted?
Cuando te sientas a meditar, descubres que de repente puedes llegar a estar en paz, recibes la gracia divina y te llenas de amor, tranquilidad, gozo y alegría.
Tras ser mamá dijo adiós a la rumba. Ahora es vegetariana, medita y se consagra a la espiritualidad.
Credito
COLPRENSA
Comentarios