Complicidad

Andrea se encuentra en la etapa en que las fiestas se extienden hasta altas horas de la madrugada, y esta es la razón por la que no cumple con los horarios de permiso que su padre le establece. Su madre se ha convertido en su cómplice y le ayuda a incumplir la norma.

Por la forma de ser de su padre, autoritario en casa, con normas rígidas y estrictas, prefiere ocultarle cosas que le suceden, y así evitar un regaño o enfado. Ella confía en su mamá, quien termina ocultando la verdad de la situación a su esposo.  

Esta situación no lleva a la unión familiar. Sin importar la forma como sea el ambiente dentro del hogar, no olvide que este comportamiento mantiene alejado al progenitor de los problemas que existen en casa.


Recuerde que la función de papá y mamá debe ir direccionada hacia un mismo objetivo: criar a los hijos con valores, amor y armonía.


“SE DEBE BUSCAR LA FELICIDAD Y EL EQUILIBRIO”
Zulma Castañeda
Sicóloga
¿Qué tan bueno y malo es que uno de los dos padres sea cómplice y al otro se le oculten las cosas?
Todas las cosas tienen una sana medida. No hay nada del todo malo y del todo bueno. El tema que haya afinidades con los padres no tiene nada malo, se volve­ría perjudicial cuando es el modo de operar con el hijo; cuando eso está ocurriendo, es poco saludable manejar las cosas. Hay situaciones que son propias del género femenino o masculino, pero cuando se usa constante se daña la relación, se desvirtúa.

¿Por qué en algunas familias se presenta esta situación?
Básicamente esa figura paterna­ que se le oculta es porque le tienen miedo a un castigo o que limite la libertad, debilidad de uno de los padres, el que se vuelve laxo y no se atreve a decir no, o el miedo que le tienen a la pareja. También actualmente existe un afán de ser muy amigo de la hija/hijo, entonces se vuelven permisi­bles y flexibles, prefieren ocultar­ las cosas a la pareja y esto es perjudicial, en estos casos es por una causa malsana. Sólo es saludable cuando son pequeñas alianzas de género.

Los hijos fallan, a veces dejando grandes huellas. ¿Hasta qué punto comprender las frustraciones de los hijos?
Se debe comprender y nunca juzgar. Nunca habrá exceso de comprensión, no quiere decir que no se deba corregir e invitar al cambio. ¿Por qué? porque un hijo está en periodo de formación y al estarlo merece el beneficio. Esto hace parte de su proceso. Muchas veces es necesario buscar la ayuda del especialista.

¿Hasta dónde buscar la perfección de los hijos?    
Se debe buscar la felicidad, el equilibrio, si eso se llama perfección está bien, pero cuando los papás buscan recuperar sus frustraciones, es malsano, ya que lo que se quiere es resolver necesidades que ellos no cumplieron, eso no está bien. Debe analizarse cuál es la perfección que se busca, si es para satisfacer necesidades propias o para el bienestar del hijo. Si esto genera ansiedad y estoy excedido, ese es el límite.


Controle sus reacciones
Ocultar y hacer que uno de los dos progenitores esté alejado de las situaciones reales que se viven­ en casa puede presentarse porque:
• No aporta soluciones ni entiende circunstancias que no están de acuerdo con su manera de pensar y sólo evade la comunicación cuando hay un problema.
• Cuando frente a una situación inesperada hace una escena y se descontrola.
• Cuando reacciona a las dificultades con mutismo absoluto.

No pierda el respeto ante ellos
Para la sicóloga Zulma Castellanos, por naturaleza existen alianzas de géneros, es decir la mamá se entera de las cosas que le pasan a sus hijas y  los papás de lo que le acontece al hijo, pero “cuando no es algo circunstancial, esto produce un daño, una lesión en la perspectiva del niño, ahí se desvirtúa el tema de autoridad.

“El niño se convierte en manipulador, espera serlo en todas las circunstancias de su vida”, explica la experta,­ que además enfatiza en que por esto la relación se debilite con el progenitor con perfil de autoridad, pues no hay confianza.


Sin embargo, esta situación afec­ta la relación de pareja, según Laura Benítez, sicóloga Especia­lista Clínica. “Uno de los dos termina siendo el malo. Las parejas deben ser acordes con la autoridad, deben apoyar el proceso de crecimiento y formación de los hijos. Ellos están para instaurar la autoridad”, expone.

Credito
LUISA FERNANDA RUIZ

Comentarios