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En inmediaciones del barrio Calucaima cerca al puente La Esperanza, en la comuna Siete, existe un problema de vieja data en relación con la red de alcantarillado del sector. A pesar de que inició su intervención tras una acción popular, la comunidad continúa en ‘alerta’ con la circunstancia, toda vez que denunciaron irregularidades sobre la construcción y funcionalidad del sistema.
La comunidad reseñó que, desde hace décadas, el sector padecía por la ausencia de una red de alcantarillado. Lo anterior, detonó la acción colectiva de los habitantes quienes interpusieron una acción popular que falló a su favor. No obstante, tras muchos años de espera e incumplimiento, se empezó a ver el primer ‘atisbo’ de la obra.
Sobre mayo del 2022, se ejecutaron labores sobre la vía para adecuar la infraestructura necesaria para conectar a la comunidad con una red eficiente de alcantarillado.
La infraestructura del puente La Esperanza, además de los problemas de alcantarillado, se encuentra en pésimo estado.
Varias alcantarillas se encuentran empozadas de agua y ‘en veremos’.
El tubo que sale del pozo debería de coincidir con el tubo que conecta al otro. Sin embargo, están torcidos.
Un desnivel sobre el viaducto, devolvería las aguas negras al pozo que está en construcción. Además, el tubo no alcanza a encajar en el espacio de la estructura amarilla.
¿Irregularidades en la obra?
En concreto, y conforme avanzaban las obras, los habitantes de la comuna y miembros de la JAC empezaron a encontrar algunas irregularidades en la edificación del sistema de alcantarillado de la zona.
Así pues, materiales inadecuados, medidas diferentes, mala planeación y malos ‘cálculos’ topográficos, empezaron a hacerse evidentes en la obra. Jacob Cabezas, fiscal de la JAC de Calucaima, expresó que las condiciones de la tubería “no da para mover todo el volumen del agua residual domiciliaria”.
“Todas las inconsistencias empezaron tras las demoras en cumplir con la sentencia de la acción popular. Era un solo contrato y ya van para el cuarto que van a ejecutar. El viaducto no lleva el desnivel descendente para que el agua baje por gravedad sino que, al contrario, quedó inclinado hacia arriba por lo que el agua subirá”, agregó.
Según denuncian, la obra no ha tenido supervisión ni interventoría, por lo que existe ‘zozobra’ frente a los resultados finales de la construcción de la red de alcantarillado. Por otra parte, aunque esperaban tubería con alta capacidad, la contratista del Ibal habría dispuesto tubos de 8 pulgadas y, en algunos tramos, se habría reducido el grosor del mismo.
“Hemos enviado quejas a la Procuraduría, Contraloría y Fiscalía para que cada una, en su labor misional, se encargue de hacer averiguaciones respectivas para ver si encuentran algún tipo de irregularidad en el alcantarillado de Calucaima”, añadió Cabezas.
Juan Carlos Garzón Fajardo, exfiscal de la JAC, indicó que renunció a su cargo en la junta barrial por las anomalías que fue encontrando en la obra y que, a su vez, varios de sus ‘coequiperos’ fueron renuentes a prestarle atención.
“He venido diciendo desde el principio hace un año que está quedando mal la obra. En la parte de arriba hicieron un pozo demasiado profundo y en la entrada de la primera manzana, la tubería está muy profunda. El agua se está devolviendo y están rebosando los pozos. Además, hacen la excavación con la tubería a la intemperie, por lo que las piedras están cayendo al interior de la red”, denunció.
Garzón Fajardo es maestro de obra desde hace 30 años, pero al no tener una constancia física que ampare su labor, los trabajadores de la obra le han hecho ‘el quite’ a sus observaciones.
“Toda la obra la han hecho personas auxiliares de los contratistas. Hicieron tres pozos con el ladrillo seco, sin la mezcla homogénea como debe de ser. Estos tienen cerca de 4 metros de profundidad y, apenas empiece a asentarse la tierra, la tubería y el terreno, comenzarán a partirse los pozos”, añadió.
¿Dónde debía ir el pozo?
Junto a un costado del puente que comunica al sector turístico de ‘Huevos de Oro’, el pozo tomó posición tras la decisión de los ingenieros que están llevando a cabo la obra.
En una visita que realizó EL NUEVO DÍA, se constató que ni siquiera el tubo que debía pasar por el viaducto, al lado del puente y por encima del afluente del río Alvarado, lograba encajar en la estructura amarilla tras los múltiples desniveles y errores de cálculo que presenta.
“La comunidad conoce sobre un proyecto para la ampliación del puente y la vía que comunica a la comuna con Huevos de Oro. Ese viaducto va a interferir en la ampliación, toda vez que se construyó la estructura en un sitio en el que no debería de estar. Tal y como van las cosas, no se hará el proyecto de ampliación vial. Y la comunidad teme que en cinco años se dañen los pozos”, indicó Cabezas.
Causa curiosidad que, cinco metros más adelante sobre la ronda hídrica del río Alvarado, existía la posibilidad de conectar el viaducto a otro pozo que está ubicado a pocos metros del pozo que recibe la estructura del viaducto, con la pendiente suficiente para que las aguas no se regresaran ni se empozara.
Para más ‘inri’, algunos de los pozos que están en cercanías a las viviendas del barrio, actualmente se encuentran ‘empozados’ de agua y en pésimas condiciones, a poco tiempo de llegar a un año del inicio de la obra.
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