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A través de un documento, la Veeduría Agua Para Ibagué (Vapi) alertó sobre posibles fallas sobre las obras de las piscinas olímpicas de los escenarios deportivos de la calle 42.
En una carta enviada a la Contraloría General de la República, y la Gerencia Colegiada Zonal Tolima, la veeduría destacó varios detalles, con material fotográfico como fundamento, en donde se cuestiona principalmente el rol de las interventorías en la obra.
Precisiones del documento
Inicialmente, la veeduría establece que unos planes y especificaciones técnicas fueron publicadas en el Secop, “apartadas de la realidad” según su lectura, en donde sustentan que los estudios estarían incompletos.
Lo anterior: “(...) Denotando la no existencia de los debidos estudios, estos planos suministrados, tuvieron que ser ajustados en su totalidad, tampoco coinciden las labores realizadas para la adecuación del vaso de la piscina, con lo que está registrado en los pliegos y presupuesto de obra”.
Así pues, Vapi resalta que aparentemente las obras se están ejecutando con planos distintos a los suministrados a la contratista de la obra, además de que desde su visión, hace falta análisis sobre la construcción del objeto contractual. “Mención especial, amerita lo inherente a los planos hidrosanitarios, eléctricos y equipos tratamiento de aguas”.
En concreto, la veeduría señaló que no se realizó la debida limpieza a los aceros que revisten las paredes del complejo acuático. “El óxido aflora nuevamente, después de haber aplicado el aditivo correspondiente”, establece el documento.
En lo que corresponde al vaso de la piscina, la veeduría resalta que en un primer momento se hicieron labores correspondientes a la limpieza, además del retiro de pañetes sueltos y concretos fisurados.
No obstante, Vapi determinó: “Utilizaron un mortero o concreto sobre el piso existente en el vaso de la piscina olímpica, surgieron fisuramientos longitudinales y transversales, los cuales no fueron absorbidos por las juntas de dilatación y contracción, inducidas sobre los productos aplicados; es decir que las juntas no cumplieron su propósito”.
De lo anterior, la veeduría concluye que hubo un error de carácter técnico por falta de planeación, haciendo hincapié en las grietas y el mal aspecto que presenta el vaso de la piscina.
Respecto a la perfilería metálica, la veeduría alertó sobre posibles deformaciones sobre la estructura. Además, establecieron que se “realizaron mal los cortes en los perfiles de cubierta, estos quedaron cortos y distantes de su empalme”.
Causa curiosidad que, en una de las fotografías compartidas en el documento, la veeduría resalta que uno de los perfiles metálicos fue construído con “retazos, pedazos, fragmentos. La perfilería está fraccionada”. Y para más ‘inri’, en una de los registros de Vapi se alcanza a apreciar que algunas partes metálicas quedaron sin soldar.
Y finaliza la veeduría: “De antemano manifestamos que la información solicitada, debe ser allegada al correo electrónico. En los aspectos que no fueren de su competencia institucional, en aplicación del artículo 21 de la Ley 1755 de 2015, solicitamos copia de los traslados al competente, en los términos y condiciones allí señaladas”.
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