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Con agotamiento y escepticismo, los gazatíes enfrentan otra escalada bélica dentro del bloqueado enclave, donde han muerto 31 palestinos en cuatro días de intercambio de fuego, y con las esperanzas de nuevo frustradas ante una posible tregua que ponga fin a más trauma y sufrimiento.
Después de una noche de calma, que alimentó las esperanzas de una tregua, los enfrentamientos de ojo por ojo continuaron en la Franja de Gaza este viernes entre el Ejército israelí y las milicias palestinas del enclave, encabezadas esta vez por la Yihad Islámica, grupo considerado terrorista por Israel y objetivo principal de sus ataques.
Mientras los esfuerzos para una tregua mediada por Egipto no logran fructificar, en las calles de Gaza prevalece un estado de miedo, tensión y zozobra entre los ciudadanos, que prefirieron quedarse en sus casas para evitar el riesgo de más muertos o heridos por las bombas o los lanzamientos fallidos de cohetes que caen dentro de la Franja.
Dormir bajo las bombas
Amira Hassan, de 45 años, madre de cuatro hijos que vive en el barrio de Azza, confesó a EFE que sus hijos no duermen por miedo al escuchar los sonidos de las explosiones.
“¿No sabemos cuánto durará esta guerra? El Ejército de ocupación y sus aviones están bombardeando por todas partes, y sentimos que la muerte está cerca de nosotros. La situación es muy difícil y esperamos que esta guerra termine pronto porque el número de víctimas aumenta cada día”, puntualizó.
Un total de 31 personas han muerto en la Franja de Gaza, de las que al menos 15 eran civiles incluyendo 6 niños, y 106 resultaron heridas, según el recuento del Ministerio de Sanidad del enclave, donde viven 2,5 millones de personas bajo bloqueo militar de Israel desde 2007 y gobernadas por el movimiento islamista Hamás.
Esos cuatro días de otra escalada bélica se viven dentro de la Franja como si hubiera un estado de guerra, sin tráfico en las calles, ni a penas tránsito de peatones, con todas las escuelas y universidades cerradas, así como todos los establecimientos no esenciales.
Solo panaderías, farmacias y supermercados están operativos, a donde unos pocos gazatíes acuden con prisa, para refugiarse lo antes posible en su casa antes de que surja un nuevo bombardeo.
Funcionarios del gobierno de Hamás informaron de que uno de estos bombardeos israelíes resultó en la destrucción total de seis casas y varias decenas de personas fueron heridas.
Los esfuerzos para una tregua, liderados por Egipto, Catar y Naciones Unidas, no han logrado hasta ahora poner fin a los combates, que se reanudaron ayer al mediodía después de que no hubiera ningún cruce de fuego desde la medianoche.
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