Esta es una de las nueve amenazas que el periodista ha recibido en lo que va de 2011 y que tratan de intimidarlo “por el trabajo que he desarrollado al denunciar irregularidades” que suceden en esta zona antioqueña.

El caso de Cervantes es una de las 114 agresiones registradas a periodistas durante el año, entre las que, según la Federación Colombiana de Periodistas, Fecolper, se cuentan “50 amenazas, un homicidio, cuatro tentativas de homicidio, 14 agresiones físicas y 17 eventos de ­obstaculización al trabajo periodístico”.

De estas agresiones, revela el comunicado, el 30 por ciento, es decir, 34 casos, ha sido cometido por las bandas criminales, bacrim, situación que sucede por primera vez en Colombia. Una de ellas fue la amenaza recibida por la periodista Mary Luz Avendaño, corresponsal de El Espectador. Según la Policía, detrás de las intimidaciones contra Avendaño está alias ‘Mi Sangre’, sindicado de alianzas con las bacrim.

Eduardo Márquez, director de Fecolper, explicó que “es preocupante, porque las agresiones a los periodistas tienen que ver, por un lado, con la participación que las bacrim están haciendo para elecciones donde tienen candidatos propios a alcaldías, concejos y asambleas. Aunque no se diga públicamente, parte de las agresiones tienen un contenido político”. La preocupación más grande es que las investigaciones no avanzan.

En 30 años, 180 periodistas han sido asesinados en el país “y sólo se han resuelto cuatro casos, porque fueron confesados por los paramilitares que se acogieron a la Ley de Justicia y Paz, pero la impunidad es alta. A mí me amenazaron, puse la denuncia y me llamaron a los tres meses de la Fiscalía para iniciar la investigación”.

Sin embargo, Márquez reconoció que desde el Ministerio de Defensa se ha efectuado un buen papel en cuanto a protección de periodistas, “pero se debe agilizar los procesos para brindar protección, porque a veces tardan hasta tres meses en mostrar los resultados”.o iniciaron entre 2008 y 2010