En un ambiente de creciente presión por estos escándalos, la primera ministra Theresa May presentó también ayer en su calidad de jefa de filas de los conservadores británicos un “nuevo código de conducta” aplicable a los miembros de su partido, los Tories, parlamentarios incluidos.
La primera víctima de ese código de conducta fue el diputado tory Charlie Elphicke, suspendido ayer por “acusaciones graves”, según anunció Julian Smith, el encargado de hacer cumplir la disciplina del partido entre los parlamentarios conservadores.
No trascendió ningún detalle sobre la naturaleza de esas “acusaciones” que fueron transmitidas a la policía.
“No sé nada sobre acusaciones y niego haber cometido actos reprensibles”, escribió Elphicke en Twitter.
Horas antes, el diputado laborista Kevin Hopkins, de 76 años, había sido suspendido por sospechas sobre su comportamiento hacia una joven militante, a quien le habría enviado unos mensajes de texto provocativos. La formación abrió una investigación al respecto.
El incidente habría tenido lugar en 2014, durante un acto del partido, según el diario The Daily Telegraph.
“Me abrazó para despedirse, me agarró muy de cerca y frotó su entrepierna contra mí, lo que me indignó”, dijo la militante, Ava Etemadzadeh, que en aquel momento tenía 24 años.
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