Porque los jueces obran y actúan en nombre de la República y por autoridad de la ley, como lo recaban en todos y cada uno de sus fallos, en razón de la tripartita división del poder público que rige en Colombia.

Así que mientras la rama jurisdiccional actúa y se pronuncia, la conducta que invariablemente sigo es la de esperar sus veredictos y ambicionar su acierto, base fundamental de la estabilidad institucional y la paz social del país, como debieran hacerlo todos y cada uno de mis compatriotas, en especial los medios de comunicación, tan proclives a la especulación, muchas de las veces de forma tendenciosa e interesada, u otras, movidos por el “síndrome de la chiva”, sin la suficiente información y basados en un precario conocimiento de los hechos.

Máxime en vísperas electorales, cuando las pasiones se exacerban y los intereses protervos afloran buscando beneficios para sus validos y perjuicio para sus contrarios.

En el entretanto aplico, como debe hacerlo todo ciudadano que respete la Constitución y la ley, “la presunción de buena fe”, con mayor razón si existen circunstancias que me muevan a pensar en la inocencia del afectado.

Y es que como reza la Biblia en Mateo 7.16 “por sus frutos los conoceréis”, lo cual me lleva a pensar y seguir creyendo que quien ha fungido al frente de un gremio tan importante como el de los ganaderos del Tolima con honestidad y buen tino y al lado de personas tan respetables como los miembros de su junta directiva; ha merecido la promoción a altas dignidades del Estado, y ha sido leal y solidario con la región, no sea el más apto para dirigir los destinos del departamento.

Luis Fernando Caicedo a lo largo de su trayectoria profesional y empresarial ya ha demostrado su competencia gerencial ante sus pares y superiores; ofrece seguir la huella del Gobernador Barreto de quien ha recibido su reconocimiento como el único capaz de hacerlo con idéntica dedicación a la que él ha puesto y con la eficiencia probada por los resultados de su gestión, y ha sido recibido por la opinión del departamento con desbordado optimismo y franco apoyo, potísimas razones más que suficientes para inclinar la balanza a su favor.

Adelante Luis Fernando, el Tolima todo espera su gestión, con democrática ansiedad.