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Bastante interesante la denuncia, sobretodo si tenemos en consideración que, en definitiva lo que busca es, aparte de la protección de los datos personales, el pago por el uso de los mismos, pues al final se están enriqueciendo con nuestra información, con nuestros gustos y preferencias. Así funciona, entre más tiempo estoy conectado a las redes sociales, más información se logra extraer y en consecuencia más dinero pueden producir.
Por esa razón vemos con frecuencia noticias como la orden de la Superintendencia de Industria y Comercio a TikTok para cumplir con los estándares de protección de datos personales vigentes en Colombia, ó que la misma Superintendencia expidió la “Guía de Publicidad para Influenciadores”.
Y como los datos personales no se usan solamente para fines comerciales, también se usan en política –y con bastante intensidad-, podemos recordar el sonado caso de Cambridge Analytica y su papel en la elección de Donald Trump como Presidente de los Estados Unidos en el año 2016, donde crearon una aplicación para conocer las inclinaciones políticas de las personas y, al final, elaborar una campaña anti Hillary con acusaciones en las cuales buscaban el desprestigio de la candidata demócrata que hacían circular en la red y tenían como fin llevar al elector norteamericano a las urnas con “ira”. Sin devolvernos mucho, hace pocos días Twitter bloqueó temporalmente la cuenta del Presidente de Estados Unidos Donald Trump por minimizar los peligros de la Covid-19.
Y así podemos seguir enunciando noticias sobre la protección -o vulneración- de los datos personales, práctica que envuelve una problemática creciente y a la cual poco o nada le prestamos atención como ciudadanos y, a veces dudo que el Estado también lo haga, o por lo menos de forma correcta, porque en el caso de TikTok, la Superintendencia de Industria y Comercio imparte órdenes a la aplicación so pena de imponer una multa pecuniaria, sin embargo, TikTok tiene sede en Pekín –China-, todo un reto para el derecho, que hay que decirlo, también debe evolucionar.
Ese procesamiento algorítmico de grandes volúmenes de información derivadas de una masa de datos que aumenta exponencialmente dentro de la sociedad y su utilización, permite a los responsables de las plataformas que las procesan, obtener una remuneración por el uso de la información encausada mediante la aplicación de sus algoritmos, por esa razón, ¡que nos paguen por usar nuestros datos personales!, que, aunque puede sonar un poco utilitarista esta exclamación, máxime cuando se trata de un derecho fundamental, lo cierto es que ya se convirtió en un mercado, en el cual, el beneficio debe ser en doble vía.
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