Compitamos para generar riqueza social

Camilo Ernesto Ossa Bocanegra

Generar valor agregado, caminar hacia la gestión de negocios y actividades que permitan apuntalar el crecimiento económico de Ibagué, debería ser la visión a mediano y largo plazo por parte de la Alcaldía Municipal. Pregunto: ¿cuáles empresas públicas de la ciudad, en capacidad legal para hacerlo, participan en un mercado con el objetivo de competir en la venta de bienes o prestación de servicios?
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Tal vez podríamos decir que sólo el IBAL cumple con dicha función –por lo menos en teoría, toda vez  que estamos en presencia de mercado monopólico de servicios públicos domiciliarios-, pero, ¿qué decir, por ejemplo, de la Gestora Urbana o INFIBAGUÉ? La primera es una Empresa Industrial y Comercial del Estado creada para ser el banco inmobiliario de la ciudad y la segunda, un Establecimiento Público destinado a “fomentar, promocionar y contribuir al desarrollo sostenible y con sentido social al municipio de Ibagué”. ¿Qué tanto compiten, estas empresas, en sus mercados con los particulares para ofrecer sus bienes y servicios y generar riqueza en la ciudad? Hacia allá hay que apuntar.

Las ventajas de la competencia son muchas, por un lado, aseguramos el crecimiento de las empresas públicas de la ciudad. Es crear una fuente de empleo, crecimiento, desarrollo e inversión. Por el otro, se puede incursionar en variadas actividades económicas que generen ingresos, pero lo mejor, aseguramos una verdadera reactivación económica a largo plazo, algo que no logra la inversión de recursos destinados sólo a obra pública, pues si bien inyecta recursos y genera empleo, es a corto plazo y, lo que requiere la ciudad es una política pública de competencia dinámica, que asegure crecimiento y generación de riqueza a futuro.

Según Walter Nicholson, las ventajas de la competencia están medidas en el hecho que “los beneficios económicos atraerán nuevas empresas a un mercado competitivo a largo plazo. Esta entrada seguirá hasta que los beneficios económicos se reduzcan a cero –atracción de la inversión-, con lo cual, dicha entrada de nuevas empresas, puede tener un efecto sobre el costo de los insumos de las empresas para producir”.

Por esta razón preocupa que los objetivos de la Alcaldía Municipal estén, al parecer, medidos sólo en obras públicas, pues según un trino del Alcalde en días pasados, esta es su principal apuesta para “transformar y cambiar la cara de Ibagué”, olvidando la necesidad, también, de generar riqueza a la población en general a largo plazo, a través de medidas que fortalezcan los mercados locales para atraer inversión y, para ello, debe arrancar por convertir en verdaderos agentes económicos, sin dejar de ser públicas, las empresas creadas para tal fin.  

Creemos que, como lo señala Michael Porter, la mejor forma de generar riqueza social en un territorio es a través de la rivalidad y la competencia, estos elementos juntos generan incentivos para invertir en investigación y desarrollo, con miras a captar porciones grandes de mercado y mantener vigor en los procesos productivos, dado su regular y permanente cambio, algo que incide de manera directa en las preferencias de los destinatarios de esos bienes y servicios transados en el mercado. Es entrar en el ciclo económico de manera activa por medio de las empresas públicas.

CAMILO ERNESTO OSSA B.

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