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Algunas cifras del Ministerio de Transporte indican que, en Colombia, tenemos 2.267 km (63,2%) de red férrea inactiva y 1.266 km en operación (36,8%). El modo férreo moviliza el 11% de la carga nacional, esto es, 31,8 millones de toneladas al año (cifra para el año 2021) y, mientras que, en el modo carretero (a 2018) se invertía el 77,4% de recursos públicos, la inversión en el modo férreo tan solo alcanzaba el 1,8%. Aquí resulta fundamental hacer un llamado de atención a los congresistas tolimenses y al próximo gobierno departamental en el sentido que, esa inversión resulta ser una apuesta fundamental del Gobierno Nacional y el Tolima no puede quedar por fuera.
El modo férreo, como medio de trasporte eficiente para carga y facilitación del comercio es de vital importancia para nuestra economía (claramente en la departamental también) –ni que decir en el transporte de pasajeros-, pues, el Departamento Nacional de Planeación –DNP- identificó, por un lado, que “más de 70 millones de toneladas podría producir Colombia en apuestas agrícolas” y, por el otro, “clústeres productivos agrícolas con ventajas comparativas en productos con mayor participación en la producción nacional”. Dentro de estas producciones agrícolas el Tolima (puede) aporta en varios de ellos, como lo son el arroz, el café y el aguacate, entre muchos otros, sin embargo, dentro de los proyectos estratégicos para apalancar el modo férreo, al Tolima, apenas le pasan por el lado.
La apuesta, según información del mismo Ministerio de Transporte, va encaminada, principalmente, al Ferrocarril de Antioquia (tramo 1, 2 y 3) y una inversión de 13 billones de pesos; el Tren del Pacífico con 6 billones de pesos; la Dorada – Chiriguaná, 2,5 billones de pesos; Tren del Catatumbo, 3,1 billones de pesos; Bogotá - Corredor Férreo Central, 6 billones de pesos y Bogotá – Belencito por 1,5 billones. Teniendo en consideración que nuestro departamento resulta gravemente afectado por las precarias condiciones para la generación de empleo, la competitividad y el desarrollo económico, es necesario y a la vez una oportunidad, la apuesta ferroviaria del Gobierno, entre otras razones, por la articulación territorial, la integración y la competencia según nuestra principal producción (vocación económica).
Y es justamente esa marcada vocación agrícola, pero también pecuaria y pesquera, la que debemos potenciar, porque, dentro del bajo crecimiento real del PIB en el Tolima (4,3% frente al 7,3% del total nacional), es este sector el que mayor participación porcentual tuvo durante el 2022, con el 21,1% en relación al 8,3% del total nacional.
El llamado es, entonces, a subirnos al tren.
@camiloossa10
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