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Segundo, porque Venezuela se convirtió en guarida de narcos y guerrilleros como los del ELN que hoy, con sus siete frentes, delinquen, generan terror, secuestran y demás, desde la frontera con Ecuador y la frontera con Venezuela, atravesando todo el país en la región andina.
Tercero, cuando el comunismo estaba desapareciendo de Rusia y Cuba, a Venezuela se le dio por oxigenarlo y por simpatía, Colombia lo asumió con Petro y el Pacto Histórico, situación que ahora sí alarmó a quienes votaron por ese sistema de gobierno comunista y revolucionario que saca nuevamente la bandera del M19.
Cuarto, los factores económicos, sociales, educativos, humanitarios y sanitarios se afectan totalmente cuando existen masivas migraciones poblacionales como las que recibe Colombia por la llegada de venezolanos y con esta violación de Maduro a la democracia en las pasadas elecciones, mucho más; se calcula que solo en Bogotá están 600 mil de sus pobladores.
Quinto, el régimen cubano se instaló con el PCC Partido Comunista Cubano desde 1965, el régimen nicaragüense está desde mucho antes y el régimen del Partido Socialista Unido de Venezuela PSUV hoy castro chavismo, está desde hace 25 años y avanzando. ¿Será que nos tocará vivir el régimen petrista?
Es probable que muchos colombianos no entiendan el mensaje que envían las naciones donde la izquierda revolucionaria, comunista, socialista e izquierdista se instala; como su población sufre, se desplaza, migra, llora y hasta muere, porque llegan al poder, pero nunca se quieren ir; ejemplo para nosotros, la reciente historia del guerrillero presidente Gustavo Petro.
Se preguntan muchas personas, ¿para qué sirven entonces la ONU, OEA, CPI, el Papa? Pareciera que, de figuras decorativas y no de órganos internacionales para poner control y ayudar a los pueblos, Venezuela debería recibir una intervención del Papa Francisco para que se garantice la seguridad de los líderes de oposición como María Corina Machado y Edmundo González, presidente electo por voto popular.
Una auditoría forense electoral y una injerencia internacional humanitaria son, entre otras, las acciones que debería recibir el gobierno de Maduro por parte de la ONU, OEA y CPI, ¿y por qué no? Una intervención militar en última instancia de los cascos azules para que entregue el poder a quien fue elegido por el pueblo. No se justifica que esa nación siga sufriendo las inclemencias de un puñado de personas inescrupulosas que se robaron la democracia y la grandeza del bravo pueblo, que ya no es tan bravo.
Dice el viejo refrán: “Cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”. Por eso, debemos ayudar a Venezuela, un reto para toda América, pero recuerden también… “Los pueblos merecen los gobernantes que tienen” Joseph de Maistre, no lo olviden.
“El camino puede ser difícil, pero con tu ayuda lo podemos lograr” “Soy ciudadano”.
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