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Espero que este 2023, que entre otras cosas es un año político, dado que se estarán eligiendo nuevos servidores públicos que se desempeñaran como alcaldes, concejales, diputados y gobernadores, nos presente opciones reales de cambio, para nuestra ciudad y nuestro departamento, ojalá mejores que las que se han dado en los últimos años.
Desde ya contemplo un amplio ramillete de aspirantes a ocupar los cargos mencionados, lo cual me gusta dado que habrá muchas opciones, seguro que unas interesantes y otras no tanto. Me ilusiono que quienes están aspirando sean transparentes primero con ellos mismos y luego con los electores en virtud a lo que pretenden ejecutar. Espero que sus manos estén limpias, es decir, no estén manchadas de actuaciones dolosas y mucho menos que, su aspiración este orquestada como una opción laboral comercial con arraigados patrocinadores a quienes luego les tienen que cancelar con fabulosos contratos el favor realizado. Es decir, llegan endeudados y al servicio de pocos.
Deseo que los futuros gobernantes ejerzan su mandato mirando hacia adelante y no por el retrovisor. Qué bueno que los aspirantes apropien el pronunciamiento de quien fuera la Canciller Alemana Ángela Merkel, “Los presidentes no heredan problemas. Se supone que los conocen de antemano, por eso se hace elegir para gobernar con el propósito de corregir esos problemas, culpar a los predecesores es una salida fácil y mediocre”.
Que sean hombres y mujeres íntegros con ética, con principios y valores, honestos, responsables que verdaderamente les duela el ente territorial que aspiran a gobernar, visionarios, con capacidad de gestión, planificadores colectivos de largo plazo, con capacidad para sumar esfuerzos con el sector privado y ante todo que hagan realidad las promesas de su campaña, a tal punto, que se gane el reconocimiento y respeto de la población por la gestión en favor de la ciudad o el departamento. Aquí hay que recordar a dos grandes pensadores: al político español Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibáñez Ceballos quien afirmaba que “Nadie ofrece tanto como el que no va a cumplir” y al médico psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo Carl Jung quien planteo “Eres lo que haces, no lo que dices que vas a hacer”
Aspiro que los candidatos al Concejo y a la Asamblea tengan claro que tienen una bonita oportunidad de servir a partir de la presentación de proyectos que beneficien al municipio y al departamento, a ser la conciencia crítica constructiva del gobernante. Que apoyen la gestión con propuestas coherentes para el bien del territorio o realicen críticas con argumentos de ser necesario, sin aspirar a recibir ni favores, ni dadivas, ni chantajear a quien es la primera autoridad del ente territorial.
También sueño con que todos los ciudadanos seamos capaces de ejercer una ciudadanía responsable y objetiva, es decir, que nos tomemos el tiempo para evaluar cada una de las propuestas de los candidatos sin apasionamiento ni amiguismos, que revisemos sus hojas de vida y trayectoria con el fin de poder elegir a los mejores sin estar esperando nada a cambio, tengamos presente que está de por medio el futuro del ente territorial y su población. No más dadivas, no más tamales, no más promesas de trabajo, no más tejas de zinc. Qué bueno que hiciéramos propio el pronunciamiento del abogado americano Sergio Alexis Ardila Giraldo quien sostiene que “Cuando el pueblo entienda el valor del voto lograra su libertad”
Espero no despertar de esta ilusión, y si es así que sea para verificar que soñar si paga y que se hizo realidad el pronunciamiento de Jorge Eliecer Gaitán, “Cercano está el momento en que veremos si el pueblo manda, si el pueblo ordena, si el pueblo es el pueblo y no una multitud anónima de siervos”.
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