Medio ambiente sin radicalismos

Columnista Invitado

Me incomodan las posiciones radicales frente a temas como el cuidado del medio ambiente.
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Devolver el pitillo en el restaurante, no comprar en un almacén que vende productos plásticos o decidir no tener carro porque contamina son tan solo algunas de esas excusas exageradas. Sin embargo, en la medida que la tecnología va avanzando, hemos venido aprendiendo a integrarlo en nuestra vida diaria, sin apasionamientos, sin política y sin incomodarnos ni perturbar a otros.

La semana pasada, The Economist publicó un artículo sobre el crecimiento exponencial de la energía solar, señalando que no se trata de una exageración, sino de una realidad que se duplica aproximadamente cada tres años, lo que implica un crecimiento diez veces mayor cada década. A medida que la producción de paneles aumenta, los costos disminuyen. Esos costos impulsan más demanda, lo que a su vez lleva a una mayor producción y una nueva reducción de costos.

En Colombia enfrentamos un gran debate sobre las reservas y explotación de gas y petróleo. La transición energética bien diseñada y ejecutada no solo es viable, sino también ventajosa. Asumiendo una posición crítica hacia lo que hace el Gobierno, les dejo un ejemplo de cómo podríamos aprovecharla: migrar hacia la energía solar en nuestro hogar. Aunque la inversión inicial puede ser considerable, se estima que ésta se recupera entre 5 y 7 años, con una vida útil de hasta 20 años en donde ya hay beneficios tanto para empresas como para personas en impuestos y tasas bancarias preferenciales. Una vez instalados, el usuario dejará de preocuparse por su consumo, migrando progresivamente sus electrodomésticos, que actualmente funcionan con gas, hacia versiones eléctricas. Calentador, lavadora, secadora, estufa, hornos y hasta bicicletas, motos y carros podremos migrar, inclusive haciendo uso de baterías, pudiendo asegurar así un suministro constante de energía, incluso en caso de apagones.

En un futuro cercano veremos también cómo las empresas de servicios públicos usan estrategias como la comercialización de granjas solares, reduciendo costos para el usuario y utilizando energías limpias. De forma paralela esperaríamos más y mejores políticas y programas que apoyen inversiones en infraestructura para una mayor adopción de energías renovables. Tal vez se impondrá el uso de pitillos reciclables, está muy cerca la eliminación del plástico de un solo uso y la compra de carro será un tema económico y no ambiental. El futuro tiene que ser viable, eficiente y amigable con el medio ambiente.


 

Óscar Rey Vesga

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