Golpe de efecto

Columnista Invitado


Esta acción que le permite a Ucrania retomar la iniciativa tras el fracaso de su contraofensiva y luego de seis meses de avance de las tropas de Putin en el Dombás, genera varias preguntas.
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La reciente incursión de tropas ucranianas en Kursk es una acción brillante por lo sorpresiva y arriesgada. Las tropas de Kiev eligieron esta región por tratarse de un territorio, cuya geografía les era favorable, además de contar con poca presencia de tropas y defensas enemigas; obligando a la evacuación de unas 10.000 personas en el primer ataque sobre territorio ruso desde la Segunda Guerra Mundial.

Esta acción que le permite a Ucrania retomar la iniciativa tras el fracaso de su contraofensiva y luego de seis meses de avance de las tropas de Putin en el Dombás, genera varias preguntas. ¿Estamos ante una inflexión en un conflicto de más de dos años que hasta el momento ha favorecido a Rusia? ¿Podrán sostener los ucranianos esas posiciones en territorio ruso cuya área es aproximadamente 320 kilómetros cuadrados? Y por último, ¿Cómo podría esta acción afectar la base de apoyo popular con que cuenta Putin?

En primer lugar, Ucrania tiene en este conflicto un evidente problema de escases de tropas y muchos de los cerca de 2000 soldados que hoy están en Kursk, fueron movidos desde el Dombás donde todo este tiempo, han intentado cerrar el paso al avance ruso; hecho que podría entonces, abrir mayores grietas en este frente.

De otro lado, parece poco probable que los ucranianos puedan sostener en el tiempo y avanzar sobre territorio ruso más allá de 45 kilómetros considerando los costos que tendría mantener un flujo continuo de material, combustible, munición y efectivos hacia la vanguardia; al tiempo que la construcción de defensas para que sus soldados no sean presa fácil de la artillería y la aviación rusa.

Ahora bien, el ataque en Kursk puede tener consecuencia negativas para Putin en términos de una perdida de apoyo de la población rusa europea, dado que por primera vez, esta se ve golpeada directamente por la guerra pues muchos de los soldados que están en la primera línea de defensa rusa en Kursk son soldados conscriptos, jóvenes de entre 18 y 25 años de Moscú y San Petersburgo, a quienes Putin había prometido que no entrarían en los combates y cuyas madres podrían desestabilizar su principal base de apoyo social.

Finalmente, es poco probable que esta incursión pueda fortalecer la posición de Ucrania en una negociación con Rusia pues en el evento que lograra sostener sus posiciones en territorio ruso, resultaría absurdo que se planteara una especie de intercambio de los territorios en Kursk por la salida rusa del Dombás.

 

Alexander Arciniegas

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