¿Insensatez o perversidad?

Columnista Invitado

El inefable senador Miguel Uribe, nieto del expresidente del represivo Estatuto de Seguridad, que no tenía nada de chiste turbayista y a quien archivos desclasificados en Estados Unidos vinculan con el narcotráfico, ha demandado en conjunto con su bancada el decreto que prohíbe las exportaciones de carbón a Israel.
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Si se nos olvidaron la sequía y los incendios forestales de enero, ahí está ese calor sofocante que poco a poco se nos va volviendo parte del paisaje para mostrarnos, mientras nos secamos el sudor, que este año va camino de superar el 2023 el más caliente desde el inicio de la era industrial y que la crisis climática junto con la inteligencia artificial, son los principales desafíos que enfrentamos como especie.

Y mientras terribles incendios consumen miles de hectáreas en Brasil al tiempo que inundaciones golpean a la India, veo que el inefable senador Miguel Uribe, nieto del expresidente del represivo Estatuto de Seguridad, que no tenía nada de chiste turbayista y a quien archivos desclasificados en Estados Unidos vinculan con el narcotráfico, ha demandado en conjunto con su bancada el decreto que prohíbe las exportaciones de carbón a Israel.

Según el senador en trance de candidato presidencial, el decreto además de un “simple capricho ideológico” del presidente sería inconstitucional al tiempo que pondría el peligro el empleo y el sector productivo en departamentos como el Cesar.

Pierde de vista el intrépido congresista que la medida presidencial además de responder a las facultades presidenciales en materia de direccionar nuestra política exterior que se fundamenta en respeto a la autodeterminación de los pueblos y los principios del derecho internacional que Israel ha violado impunemente desde hace décadas, es también coherente con los lineamientos hacia una economía descarbonizada presentes en el Plan Nacional de Desarrollo.

Por insensatez o perversidad el senador ignora los terribles impactos de la industria carbonífera para la vida de la gente en municipios cesarenses como la Jagua de Ibirico. Ignora cómo la voracidad minera y la extracción del carbón a tajo abierto por empresas nacionales e internacionales como Drummond, contaminan el aire y las aguas de las comunidades y han destruido más de 80 mil hectáreas principalmente, en el centro del departamento que fuera hasta los años ochenta, un importante polo agrícola y ganadero del país.

Cuando uno observa posturas como las del senador Uribe Turbay y su bancada, necesariamente piensa en lo dicho por el Pepe Mujica en una reciente entrevista al New York Times “Hay muchos locos…Mucho fanatismo. Tenemos que hacer cambio energético. Y no, gastamos en armas. Qué animal complicado el hombre, es inteligente y burro.”


 

Alexander Arciniegas

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