¿Por qué teme Israel a Palestina?

Columnista Invitado

En la perspectiva de Shehadeh, Israel va camino de convertirse en una Estado fascista y racista constantemente en guerra que con sus acciones “nutre el terrorismo con la promesa de su erradicación”.
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Los ataques de Israel sobre Gaza y el Líbano; las duras acusaciones de la enviada especial de Estados Unidos para la lucha contra el antisemitismo al presidente Petro y el discurso de este en la ONU calificando de criminal a Netanyahu, son un interesante contexto para compartir algunas ideas del libro de Raja Shehadeh, ganador del premio Orwell en Gran Bretaña, libro titulado del mismo modo que esta columna.

Coincidiendo con la postura de Amnistía Internacional, en el libro se califica como apartheid la opresión que Israel ha impuesto en Palestina desde 1948.

Los Acuerdos de Oslo que en 1993 crearon a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) habrían servido a Israel para mantener su dominio de hecho sobre el territorio ocupado y acelerar los asentamientos en Cisjordania, Gaza y Jerusalén oriental.

Estos asentamientos violatorios del Cuarto Convenio de Ginebra y calificados en su momento por el ex primer ministro israelí Isaac Rabin como un “cáncer” para su país, han contado con apoyo económico de Estados Unidos; coinciden con un debilitamiento electoral de la izquierda y son un obstáculo para la retirada de los territorios ocupados por cualquier gobierno israelí.

De acuerdo con la visión del autor, Israel no quiere la paz pues implicaría tener que compartir la tierra con los palestinos y pagar compensaciones a los desalojados; afectaría los intereses de su poderosa industria bélica y acabaría con la idea del enemigo externo uno de los pocos elementos que unifican a una sociedad profundamente dividida entre los judíos orientales Mizrahi: de derecha, nacionalistas y religiosos frente a los judíos europeos Ashkenazim: progresistas, pacifistas, laicos y mejor posicionados en términos socioeconómicos

En el libro se acusa a Israel de imponer una política de terror contra los palestinos no solo desde octubre de 2023 sino desde 2008 con la operación Plomo Fundido; posteriormente, con Margen Protector que en 2014 mató 2300 personas y luego, con los ataques aéreos indiscriminados de 2021 y 2022.

Es así como la respuesta israelí al terrorismo de Hamas, ha matado en menos de un año, más de 40.000 personas, miles de ellas mujeres y niños; destruido más de 70% de la estructura civil en Gaza, entre ellas hospitales y universidades como como Al-Israa y atentado contra la memoria palestina y de la humanidad, atacando 22 lugares históricos reconocidos por la UNESCO.

En la perspectiva de Shehadeh, Israel va camino de convertirse en una Estado fascista y racista constantemente en guerra que con sus acciones “nutre el terrorismo con la promesa de su erradicación”.

Finalmente, sobre las posibilidades de solución para este conflicto es muy claro al sostener que en el contexto interno de una derecha mesiánica y religiosa dominante y unas fuerzas palestinas divididas la única posibilidad de poner fin a 56 años de ocupación y 16 años de inhumano bloqueo a Gaza, solo podría venir de la presión internacional.

En este escenario aclara Shehadeh, cualquier mecanismo de negociación debe involucrar a la ONU, a los países del sur global y no puede depender únicamente de Estados Unidos que ha demostrado hasta la saciedad su parcialidad a favor de Israel.

 

Alexander Arciniegas

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