Cuando existen motivos comunes para unir a un pueblo en medio de júbilo y alegría, no pueden existir factores que empañen ese estado de jolgorio, que en la región tolimense se entrelaza con el folclore y la pujanza de sus habitantes. Estos motivos en épocas como esta, se relacionan con el fútbol como deporte de masas y celebraciones magnas, desde el desempeño del equipo de esta hermosa tierra, el Deportes Tolima, que avanzó satisfactoriamente a las instancias finales de la Liga Águila, máxima división del Fútbol Profesional Colombiano, como de la selección nacional, que se prepara para afrontar la Copa América, con un favoritismo destacado a nivel continental y que llena de fe a todos los coterráneos, en cada uno de los rincones del territorio nacional.
Es importante mencionar este aspecto, toda vez que no es admisible desdibujar la felicidad de los buenos hinchas del fútbol, por el negativo comportamiento de unos pocos, que suelen confundir la pasión en cada encuentro de su equipo de predilección, con actos de intolerancia social, que demuestran un nulo nivel de cultura ciudadana, y que empañan el buen nombre de los ibaguereños y tolimenses en general.
Es alta la probabilidad de que el Deportes Tolima avance a la ronda semifinal cuando finalice el encuentro deportivo en la ciudad de Armenia previsto para este domingo y que lo pone de frente al Atlético Huila, su contrincante en el denominado “Clásico del Tolima Grande” y que los enfrenta en esta oportunidad, buscando un cupo entre los cuatro mejores equipos del primer semestre en el balompié nacional.
Esta es la esplendorosa oportunidad de celebrar con prudencia y responsabilidad, en caso de darse el resultado que ponga al equipo Pijao como semifinalista; por ende, no se deben adoptar malos comportamientos, que se relacionen con el uso indiscriminado, conducción irresponsable de vehículos sin advertencia de medidas de seguridad y respeto al Código Nacional de Tránsito, manipulación intolerante de elementos como bocinas, harina y espumas, que generen descontento de la comunidad ajena a la celebración y otras conductas similares, que no pueden desquebrajar el goce que genere una presumible victoria del equipo local.
Estos escenarios de sana y prudente celebración, deben convertirse en un común denominador en Ibagué y el resto del departamento, que se prepara para temporadas de fiesta y deporte, destacando en un punto alto, los partidos que desde el 14 de junio ponen a nuestra selección Colombia a soñar por su segunda Copa América, después de 14 años del primer título continental para nuestro país.
El tricolor nacional no merece muertes violentas y personas lesionados por festejos exagerados, sino que merece recibir de su pueblo un aplauso por la representación decorosa ante el mundo, con fiestas entre familias y amigos, que no lleguen al nivel de excesos de ninguna índole.
El deber impartido a la Policía nacional es salvaguardar la vida y bienes de las personas, y la Policía Metropolitana de Ibagué, coloca todo su esfuerzo, para sacar adelante cada uno de los escenarios venideros en el marco de festivales y eventos deportivos de todo tipo, con el compromiso mancomunado de la comunidad, que con cultura ciudadana y tolerancia social, demuestren al país la calidad humana de los nacidos en tierras tolimenses. DIOS Y PATRIA.
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