La constante en el servicio de policía a nivel nacional es la atención de riñas, motivadas por un sin número de pretextos que conllevan a la confrontación de las personas, cada uno en busca de un ganador y/o asumiendo que tienen la razón y para lo cual usan la violencia como medida extrema que asegure una victoria; este tipo de escenarios evidencia una lamentable realidad - los valores, desvalorizados de los seres humanos.
Evitar que las personas discutan por pequeños desacuerdos, sería llegar al punto de asignar un policía para cada ciudadano y esta sería una afirmación casi que imposible, lo que permite mencionar algunos aspectos que se presentan en el trasfondo de esta problemática; ejemplo de ello, la palabra no tiene el valor de contrato verbal del que solía hacer gala en otros tiempos, demostrando que algunos individuos actualmente usan más la mentira para engañar, siendo menos confiable y al ser descubiertos se genera la rivalidad que finaliza con un riña, estando presente la individualidad.
La lealtad de caballeros que envolvía un importante ramillete de valores como el respeto en cualquier circunstancia, está “mandado a recoger”, ello, haciendo referencia a los casos de riña por desmanes entre amigos abusivos que sin importar, tratan de cortejar la pareja de otro, generando rivalidad que lamentablemente bajo los efectos de bebidas embriagantes, conllevan a riñas y lesiones personales; por ello es muy común el discurso actual de hombres y mujeres afirmar como pretexto que la fidelidad no existe, y que la mejor manera de solucionar son momentos de violencia extrema, materializada en muchos casos en los hogares, olvidando el respeto y la tolerancia.
Y como toda acción tiene una reacción, los escenarios de violencia intrafamiliar, conlleva a que los jóvenes ya no respetan a sus padres como deberían y en muchos casos, decididamente hacen lo que quieren, dando lugar a que no se respete a los mayores, desestimando la experiencia y sabiduría de vida que en otrora se le daba un alto valor para la convivencia en comunidad. Se puede inferir que este tipo de eventos conlleva a una pasividad en los seres humanos, permitiendo que las cosas continúen sin dar una oportuna solución, pero algunos niños, niñas y adolescentes, estarían aislándose de los adultos a través de la conformación de los denominados “parches” como solución a la ausencia de respaldo y/o autoridad de los adultos.
En ese sentido, no es extraño observar en algunos sectores de la ciudad grupos juveniles como las tribus urbanas, que aunque su convivencia no estaría afectando el entorno, sus acciones podrían conllevar a perturbar la seguridad ciudadana, particularmente por consumo de estupefacientes, licor, citas para riñas y promoción del suicidio, siendo una alerta para los padres establecer con seguridad donde y con quien permanecen sus hijos. Finalmente, no se puede dejar pasar la pasividad de algunos, que permiten que sus hijos se encierren en el mundo de la web, sin que sean orientadores, lo que exige hacer un llamado a la comunicación y vigilancia a los hijos.
Finalmente, es perentorio destacar que la Policía Metropolitana de Ibagué dinamiza la campaña “Aquí Vive una Familia Feliz, Libre de Violencia Intrafamiliar”, a fin de crear conciencia de los perjuicios causados a nuestros hijos, por las conductas agresivas e irrespetuosas de los adultos en cada núcleo familiar. DIOS Y PATRIA.
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