Uno de los escenarios de relevancia al inicio de cada año está relacionado con el regreso a clases de los niños, niñas y adolescentes (N.N.A), siendo el deseo de adquirir y multiplicar conocimientos un compromiso inicial por parte del estudiante. Pero no se puede olvidar el sentido de corresponsabilidad que implica este escenario, siendo importante hacer referencia a tres aspectos fundamentales que contribuyen al éxito en el proceso académico de los aprendices.
Inicialmente, está el entorno familiar como base sólida del proceso de formación del ser humano, toda vez que lo aprendido en casa será una línea de partida y una base positiva y/o negativa para el comportamiento del individuo en la adultez, destacando la enseñanza de valores éticos y morales, así como normas de comportamiento para la convivencia, no solo de los padres, sino de los adultos encargados del cuidado y educación de los N.N.A, destacando que en algunos casos esta responsabilidad recae en hermanos mayores, tíos, abuelos e incluso vecinos por ausencia de los padres titulares.
Si bien es cierto, existe diversidad de hogares, es indispensable contrarrestar la deserción escolar que se presenta cada año, toda vez que la educación en familia es una base fundamental para la identidad y crecimiento positivo de una persona.
Segundo, hay que tener en cuenta la sociedad como eslabón necesario para la educación, destacando las variantes en las ofertas educativas y las carencias que se vienen presentando en las nuevas necesidades de conocimiento conllevado a la aparición de nuevas competencias para los estudiantes. No obstante, y contrario a ello, es una imperiosa necesidad evaluar la educación que estarían recibiendo los N.N.A, particularmente aquellos que hacen parte de esa fracción de hogares con menores ingresos, toda vez que las competencias más importantes para aprender autónomamente a lo largo de la vida podrían estar presentando una debilidad, ello, evidenciado en las variantes de comportamiento de éstos en la sociedad.
Es así, como de tercero se enfoca la pertinencia de fortalecer los esquemas educativos, obviamente una responsabilidad inicial de los padres y/o adultos encargados del cuidado de los NNA, aunado al esfuerzo y aporte que realizan los educadores en los diversos centros educativos.
Es perentorio evitar la deserción escolar, no obstante es más importante que los alumnos en todas sus niveles inicien y culminen exitosamente sus competencias, máxime cuando estar o ingresar a un plantel educativo no significa que éste aprenda, siendo un esfuerzo colectivo e interinstitucional que entienda, asimile y esté en capacidad de llevar un buen ritmo de estudio para su autonomía en el proceso de aprender a aprender.
Por otra parte, la Policía Metropolitana de Ibagué estará haciendo el acompañamiento a los diversos escenarios educativos a través de sus cuadrantes para el ingreso seguro de los estudiantes; así mismo, fortalecerá el aporte que se viene realizando con el programa Dare y los semilleros de convivencia para el 2016, consolidando el paquete educativo que se oferta frente a estrategias para evitar el consumo de estupefacientes, así como contrarrestar la instrumentalización de éstos en organizaciones delincuenciales que buscan con afán afectar el proceso educativo de los NNA, por lo cual se invita a los padres, educadores y rectores de los centros educativos alinear los esfuerzos con la Policía nacional para la educación y seguridad de los NNA de esta región.
DIOS Y PATRIA
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