Educar y controlar para no lamentar

Comandante de la Metib

Acontecimientos relacionados con afectación a niños, niñas y adolescentes, evidencian la ausencia de responsabilidad en algunos adultos, indiscutiblemente el valor de la obediencia que permitía generar limitantes para la materialización de malas conductas está mandado a recoger; como en toda sociedad existen derechos y deberes, los cuales muy posiblemente estarían siendo desconocidos o mal interpretados por los jóvenes, quienes apuntan más sus expectativas hacia los derechos que a sus obligaciones dejando un vacío entre la autoridad y el comportamiento.

Aunado a ello, la no aplicabilidad de estos principios por parte de padres o adultos responsables de su atención, estaría facilitando la aparición de conductas inapropiadas y donde el directo afectado es el menor.

La Policía Metropolitana de Ibagué a través de Infancia y Adolescencia, con apoyo interinstitucional de comisaría de familia, defensoría de familia e Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, han desarrollado intervenciones a lugares, donde se comercia y consume bebidas embriagantes, evidenciando una desalentadora constante, la presencia de niños, niñas y adolescentes en este tipo de establecimientos en un ambiente inapropiado para su edad.

Es ahí donde se lanza el primer interrogante. ¿Dónde están los adultos?. La libertad otorgada por algunos padres, puede desfasar la confianza de una realidad que conlleva a “malcriarlos” con un concepto de que pueden hacer lo que deseen sin repercusión alguna. Aunado a ello, está la directa responsabilidad de los propietarios y/o administradores de este tipo de locales en no permitir la presencia de niños, niñas y adolescentes, quienes en su afán de recaudar mayores ganancias, desmeritan su obligación de cumplir con la prohibición de ingreso y consumo de licor a menores de edad al interior de bares, discotecas, clubes o tiendas nocturnas utilizadas para tal fin.

No obstante, se insiste en que la primera línea de responsabilidad, estaría a cargo de los padres o tutores, quienes deben cumplir con el deber de orientar, educar y controlar las acciones que pueden llegar a presentar sus hijos, evitando debates y temores al momento de corregir.

Si bien es cierto, el concepto de autoridad podría ser cuestionado por éstos, ante el ejemplo negativo que algunos reciben, es importante crear nuevamente esos lazos de afecto, diálogo y comprensión entre padres e hijos en beneficio de su sano desarrollo, toda vez que podrían buscar salidas y/o escapes ante la ausencia del adulto, destacando que la represión con castigo o maltrato físico no arroja resultado positivos.

Al contrario, éste se alejará mucho más, acudiendo a los amigos más cercanos, algunos de éstos inmersos en situaciones de crisis emocional muy similar, generando consejos improcedentes que conllevan a conductas impropias del ser humano, siendo en este espacio, necesario educar y controlar para no lamentar.

Por otra parte, es importante continuar aplicando una célebre frase que conlleva a la reflexión inmediata, “sabe dónde están sus hijos en este momento?”, en el entendido que aquellos niños, niñas y adolescentes hallados al interior de establecimientos públicos, muy posiblemente no contaron con el aval de sus padres para estar allí, sin evaluar las consecuencias que esto implica o en su defecto el riesgo al que están expuestos, aunado al factor preocupación e incertidumbre de algunos progenitores al momento de desconocer la respuesta a este tipo de interrogantes, por ello es necesario educar y controlar, para no lamentar.

DIOS Y PATRIA

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