A falta de historia …

Héctor Manuel Galeano Arbeláez

Hablar hoy del valor de la palabra entre políticos es como predicar sobre la importancia de la virginidad en un prostíbulo. Y haciendo historia, se recuerda que en Ambalema existe una casa famosa llamada ‘La Casa Panda’, a la que acudían, en la época del tabaco, los hombres para quienes la palabra era la ley y la honestidad algo normal. Allí podían, además de divertirse, discutir sus asuntos sin límite porque el ruido de los insultos, cuando los había, se lo llevaban las brisas del hoy privatizado rio Magdalena, sin la interferencia del Mohán y los otros dioses mitológicos que sí fueron vistos en los Llanos del Tolima y que protegieron a José Antonio Galán en su paso por estas tierras después de haber hecho la primera liberación de esclavos de América en la mina Malpaso, de Mariquita.

En Ambalema, Galán decomisó el tabaco y dio un recibo por la cantidad y valor del mismo -como para comparar con los del nuevo cuño- y envió comisionados a varios pueblos del Tolima para impulsar el Movimiento Comunero. Dato histórico que no sería ignorado por las generaciones que viven con la posverdad, si la clase dominante no hubiera suspendido la enseñanza de la Historia de Colombia en las instituciones educativas.

Por el miedo a la verdad tampoco conocemos todas las hazañas del libertador Simón Bolívar, que hoy estremecerían a la Corte Penal Internacional y a los defensores de derechos humanos, quien ordenó varias masacres de realistas (españoles y canarios), incluyendo pueblos enteros. Una de ellas afectó a 1.200 prisioneros de Caracas, La Guayra y Valencia. Al estar escasos de munición, gran parte de las víctimas murieron a garrote y piedra... Al estilo de ‘Sangrenegra’, cuando muchos años después asaltó un bus en la vía a Anzoátegui.

El triunfo del miedo a la verdad, que quieren repetir los verdaderos responsables de la iniciación y larga permanencia de la violencia, acecha por todas partes. Por algo seguimos sin conocer la verdad de la masacre del Palacio de Justicia, los asesinatos de varios candidatos presidenciales y de los militantes la Unión Patriótica y estamos esperando el nombre de quién le señaló a Gaitán a Roa Sierra.

Lo que sí resulta paradójico es que el hijo de una de las principales víctimas de esta violencia que no termina, como fue Rodrigo Lara Bonilla, hoy enarbole la bandera del odio y con su mezquindad esté empeñado en acrecentar el miedo a la verdad y dañar el proceso de paz. Falta que afirmen que Alvaro Gómez se suicidó. Ese miedo a la verdad no solo toca la violencia. Trate de averiguar cómo funciona la delincuencia cultural del Tolima, las tumbadas de dinero oficial en Cortolima con supuestos proyectos de educación ambiental, con una corporación que desconoce lo que es ética y siga la cuenta con eventos culturales y los homenajes que a Luis H. le debe estar organizando su asesor estrella con aspiraciones a la Rectoría de la UT.

A los enemigos de la historia y de la verdad se les aparece Hitler en Boyacá, poco tiempo después de su supuesto suicidio. Mientras unos dicen que influyó en el talante del exprocurador Ordóñez otros aseguran que fue el organizador de la policía chulavita (de la vereda Chulavita, de Boavita) que llegó a Bogotá a respaldar al gobierno de Ospina después del asesinato de Gaitán y luego pasó al Tolima a masacrar grupos de resistencia y pueblos liberales, con la bendición del Gobierno y el apoyo del Ejército y de los pájaros.

De estos hechos no se conoce la verdad, tampoco la historia del batallón San Antonio (Hobes?) organizado por el Ejército con campesinos conservadores del municipio, tradicional enemigo de Chaparral. La presencia o no de Hitler en Boyacá puede tener la trascendencia de la declaratoria de guerra de un pueblito de Colombia a Francia, pero por lo menos permite imaginar que dejó huellas.

Y también podemos imaginar el destino que se daría a La Casa Panda como sede para discutir las reformas necesarias que aseguren la impunidad de los delitos de Dragacol, Reficar, Saludcoop Montealegre, privatización del río Magdalena, Papeles de Panamá y el Sena, en manos de Alfonso Prada -hoy secretario de la Presidencia-, entre otros.

*.- Ñapa. -Turismo cultural a Dolores, Capital del Arte Rupestre.

Información: *Iván Ruiz: 3134300828

*Santos Rodríguez: 3103329012

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