Un estudio elaborado y publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), sugiere que las familias han preferido sustituir las frutas y verduras por productos que producen más calorías. Uno pensaría; pero en Ibagué donde se consiguen con facilidad verduras y frutas todo el año, especialmente de Cajamarca, ah perdón!! Olvidaba que en Cajamarca ya se habla es de oro y minería, no de comida…
Volviendo con el tema, el estudio señala la relación entre pobreza y obesidad, lo curioso es que este estudio se circunscribe a Europa, incluido países nórdicos, es decir al llamado: Club de los países desarrollados.
Ibagué nada tiene que ver con ese club, sin embargo el fin de semana de elecciones que tuve la fortuna de estar en mi tierra, vi con preocupación la cantidad de personas obesas, me llamó profundamente la atención en especial mujeres y niños de todas las condiciones sociales. Caminando por el llamado “centro” carreras Tercera, Segunda, Primera, calles 12, 13 y 14, pude ver, eso sí solo lo que dejan ver los puestos ambulantes que inundaron las calles, la cantidad industrial por decirlo menos, de puestos de empanadas, avenas, jugos… azúcar, grasa, carbohidratos, panaderías y más grasa...
¿Qué se está comiendo en Ibagué? Reposadamente al pensar en esta columna encuentro que puede existir una relación entre pobreza y desnutrición en este caso obesidad, pues estar gordo no es sinónimo de nutrido, por el contrario, de estar mal alimentado, pero veo también muchas personas con “sobrepeso” en los estratos altos, ¿por qué? El tolimense por lo general es robusto, no es flaco, y es obvio, somos un pueblo calenturiento, donde ha abundado la buena comida, las viandas, donde el consumo de cerveza y gaseosa es elevado. Eso es una cosa y otra bien distinta es cómo teniendo a la mano productos frescos recién cosechados y sin ser costosos se consume y se da a los hijos comida de mala calidad? Es aterrador como a un niño menor de 5 años los papás le brindan gaseosa, hamburguesa...
La obesidad puede ser un producto de la genética, una predisposición, pero también en esta influye el medio ambiente y me refiero al entorno, si en el entorno se ha vuelto como es el caso de Ibagué en puestos de comida rápida, pues nada que hacer, se perdió la batalla. Están los hogares y los colegios promoviendo la alimentación sana, sabemos cocinar, conocemos los productos, leemos etiquetas en los productos procesados, estamos informados sobre lo que comemos, lo que nos ofrecen? Debemos como sociedad exigir cómo hacen cada cosa, de qué está hecho cada producto.
Estos malos hábitos traen por supuesto consecuencias terribles: diabetes, enfermedades cardiovasculares, incluso infidelidad. La otra cara de la moneda y vale toda la pena mencionarlo, es el esfuerzo por promover las carreras atléticas en Ibagué, pues con un clima tan agradable es perfecto incentivar este tipo de iniciativas incluyentes y totalmente saludables.
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