Se mueren los samanes del Parque de Ataco

Hugo Patarroyo Murillo

Fué precisamente para conmemorar un 12 de Octubre que, Don Vicente Sarrachaga, en  su calidad de Alcalde de San José de Ataco, siembra en la mitad de la plaza principal del Municipio, 4 plántulas de “samán” (samanea samán), con el fin de dotar al próspero poblado, de éste majestuoso árbol. Corría el año de 1898.
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Ya, en las cuatro esquinas de la plaza, el Profesor Zoilo Reyes, hacia 1881 había sembrado igual número de “mangos criollos” (mangifera indica) para conmemorar así mismo, el “Día de la Raza” en el floreciente Municipio Surtolimense.

Los cuatro mangos y particularmente los cuatro samanes fueron desarrollándose y llegaron a formar una “cúpula arbórea” tal y como lo definiera el historiador Pedro Bernardino Sosa en la “Nueva Revista del Folclor” en 1999. Los árboles fueron constituyendo un hermoso domo vegetal que siempre prodigó sombrío en verano y sombrilla en invierno, a propios y visitantes. Específicamente, los samanes se fueron extendiendo y llegaron a cubrir casi toda la plaza principal. En muchas ocasiones sirvieron de techo para cubrir los festejos que se realizaban en su famosa “pilastra”, en donde los atacunos, y sus vecinos de Planadas y Chaparral, bailaban al son de la famosa “Banda Municipal de Ataco” que, llegó a tener renombre departamental.

Los samanes fueron testigos taciturnos, de muchos de los hechos socio políticos que marcaron la historia de nuestro país. Sus ramas, siempre cobijaron no solamente a las grandes “misas campales” de la parroquia de Nuestra Señora de Lourdes, sino también a las famosas “Paradas Militares” que realizaba el Ejército Nacional de aquel entonces. De igual forma, su sombra cubrió las reuniones de los grandes jefes políticos del Tolima. Por allí   “sombrearon” liberales y conservadores, entre ellos : Palacio Rudas, Lleras Restrepo, Rafael Caycedo, Alberto Santofimio, Jaime Pava, Angulo, Neira y últimamente, Barreto y Hurtado.                  

Hoy en día, tal parece que los samanes se mueren. Unos le “echan la culpa” a la remodelación de la plaza que, cubrió gran parte de su superficie en cemento, estableciendo una fuente de agua que, jamás funcionó, y otros, al descuido de las administraciones locales que, nunca se preocuparon por su asistencia, haciendo salvedad de la gestión realizada por el exalcalde Miller Aldana Castro.

Los atacunos claman por la urgente intervención de Cortolima, a cargo de la diligente Olga Lucía Alfonso quien, se ha caracterizado por ser una acuciosa veedora del sistema arborescente del Departamento y obtener así, una posible recuperación  de los hermosos árboles. De otra parte, la ciudadanía urge a la  Alcaldía Municipal para que se tomen medidas perentorias de encerramiento, principalmente al samán que se ubica frente a la Iglesia del Municipio y evitar así graves desenlaces, como serían, los producidos por la caída  de algunas de sus ramas. Tal parece que, el actual burgomaestre Héctor Muñoz Briñez, habiendo  superado los distintos escollos que vivió, desde que inscribió su candidatura a la Alcaldía, se apreste ahora sí, a reorganizar su equipo de colaboradores y de ésta forma, interpretar el sentimiento atacuno que, aspira a ver muy pronto, más radiante y lúcido a su municipio.                  

 

Hugo Patarroyo Muriilo

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