Acuaponía: alternativa sostenible para el Tolima

Hugo Rincón González

Haciendo memoria, escuché del tema hace algunos años. Era en el contexto de la Visión Tolima 2050.
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El Dr Alfonso Reyes, en ese momento Rector de la Universidad de Ibagué, con su maestría y capacidad académica nos presentaba una alternativa que es ciertamente novedosa: la acuaponía. Nos ilustraba sintéticamente sobre esta opción sostenible y rentable; decía: “saquémosle punta al lápiz para ir esclareciendo el tema y sumerjámonos un poco en esta opción”.

La acuaponía es un sistema de producción que tiene tres componentes: 1) peces, 2) plantas y 3) bacterias. Estas últimas hacen posible que los desechos generados por los peces se conviertan en nutrientes para las plantas, mientras las raíces de las plantas purifican el agua para los peces. Esta sinergia crea un ciclo de producción autosostenible que reduce el uso del agua y elimina la necesidad de usar fertilizantes químicos.

Si no se depende de suelos fértiles, la acuaponía puede implementarse en zonas donde las condiciones del suelo son limitantes, lo que la convierte en una alternativa viable para el Tolima, que tiene algunas áreas que presentan dificultades para el establecimiento de cultivos tradicionales. Además, no se requieren grandes extensiones de terreno.

Investigando un poco encontré que en varios países la acuaponía es un método popular de producción de alimentos sostenibles. En Estados Unidos, varios estados como California, Florida y Arizona han impulsado estos proyectos acuapónicos, no solo como respuesta a la escasez de agua, sino también para reducir la huella de carbono en la producción de alimentos.

En Colombia, Antioquia ha estado a la vanguardia en el desarrollo de la acuaponía a nivel comunitario y comercial. Cooperativas de campesinos han adoptado esta alternativa como parte de sus actividades productivas, integrando piscicultura y horticultura en sistemas circulares que optimizan el uso del agua y los nutrientes.

Para no quedarnos mirando hacia afuera, el Tolima tiene todo para impulsar esta alternativa productiva. A nivel periurbano y rural se podrían generar beneficios con esta técnica, puesto que la acuaponía se adapta bien a la economía de pequeña escala, beneficiando a familias campesinas que podrían diversificar y mejorar su seguridad alimentaria.

Entonces ¿qué deberíamos hacer? 1) Capacitación y asistencia técnica desde las secretarias de desarrollo rural del departamento. 2) Apoyo gubernamental a nivel local, regional y nacional para la adquisición de tanques, sistemas de bombeo, semillas, alevinos, entre otros. 3) Realizar investigación y adaptación tecnológica a través de las universidades y el mismo Sena. 4) Sensibilización y promoción de los beneficios entre los consumidores y la población en general, posicionando los productos acuapónicos como alimentos orgánicos frescos, sostenibles y de alta calidad.

Esta alternativa productiva que no es nueva, representa una oportunidad para el Tolima. Debemos aprender rápidamente y empezar su implementación como una opción sostenible que fortalece la economía rural, ayuda a la conservación de los recursos naturales y aleja el fantasma de la pobreza.

Esa opción presentada en la Visión 2050 está ya con nosotros, hagámosla propia y a la par que cuidamos el ambiente regional, mejoramos la calidad de vida de los campesinos, indígenas y comunidades afrodescendientes.

Hugo Rincón González

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