Colombia, un país curativo que debe formar para la prevención

Indira Orfa Tatiana Rojas Oviedo

La crisis humanitaria mundial, que ha logrado someter al planeta y llevarlo a un estado de aislamiento obligatorio preventivo, por cuenta de un invisible, debe servir necesariamente, para el replanteamiento de los planes de estudio que fueron develados en su pertinencia, ante las circunstancias que vivimos y para lo cual solo me refiero a la prevención.
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Hoy empezamos a escuchar voces que reflejan  el “Síndrome de la cabaña”, por cuenta del temor al contagio, al entrar paulatinamente en interacción social. 
Y es que una gran preocupación es la falta de prevención con la cual se obra, porque la formación en buen porcentaje, no hace gala del cuidado de sí, ni el cuidado del otro, en desarrollo de un país altamente curativo, que no pretende el ahorro que a partir de prácticas que se anticipen a los riesgos en salud y en todos los campos, podrían optimizar recursos humanos y económicos, al interior de cada familia y del Estado.
Entonces, dentro de los fines de la educación planteados en el artículo quinto de la Ley General de Educación, se decreta en su inciso 12, “La formación para la promoción y preservación de la salud y la higiene, la prevención integral de problemas socialmente relevantes…” , pero no se refleja en los comportamientos generales de la ciudadanía, ese aprendizaje de manera significativa.
El reconocido científico Colombiano, Llinás, plantea la “cosmología como  una metodología para poner en contexto el conocimiento. Entonces, la idea es que se le añada al pénsum no solamente el contenido. No es solamente otra área del conocimiento, sino la capacidad de poner, de entender, de hacer acción psicomotora. Que pueda apropiarse del conocimiento…”
El momento histórico, obligará a transversalizar el conocimiento también en este sentido, en las escuelas de todos los niveles y en las familias, de manera teórico-práctica, a cambiar las formas de relacionarnos;  saludar de mano hoy se podrá convertir en una verdadera amenaza, entonces nos vemos obligados a enseñar a los estudiantes y reiterar en familia, la urgencia de preservar normas y comportamientos que aporten en la garantía de la salud del otro.
Los restaurantes tienen una altísima responsabilidad social, porque usualmente los empleados no acostumbran a usar tapabocas, ni guantes, hoy ello debe demostrar un cambio y habrá que desarrollar estrategias de control que garanticen correctos protocolos, todo en aras de la prevención y la preservación de la salud y el derecho fundamental a la vida.
 Coletilla:  La Maestría en Educación de la Universidad del Tolima, tiene abiertas las inscripciones hasta el viernes 5 de junio del año en curso.

INDIRA ORFA TATIANA ROJAS OVIEDO

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