El futuro próximo de las ciudades

Se debe iniciar con el fortalecimiento de la democracia para avanzar en la construcción de ciudad. Y no cualquier democracia, las tensiones sociales crean situaciones insostenibles para las ciudades, por lo que ya es hora de explorar la democracia deliberativa, la democracia representativa y la democracia participativa, no fueron capaces de dar respuesta a las demandas de la sociedad.
La pandemia nos ha hecho repensar las preguntas, y para contestarlas, se debe volver a las raíces, sobre la discusión y el hecho de ser ciudadano. Antes de resolver los problemas de la ciudad, hay que resolver los problemas del ciudadano. La ciudad debe pensar para el ciudadano y no al revés. 
Las ciudades tienen que prepararse para las incertidumbres y para las emergencias. Existen pequeñas pandemias que están presentes en las ciudades (violencia, pobreza y desempleo), y que han matado muchas más personas que el Covid-19. El reto es cómo solucionar las necesidades que surgen desde estas. 
La perspectiva de género es un nuevo determinante, por este motivo se debe establecer nuevos enfoques para el transporte público y el uso de los espacios públicos, y en ese marco, responder la gran pregunta de cómo las ciudades y gobiernos se van a articular para entender que la ciudad la habitan hombres y mujeres, diferentes entre ellos y entre sí, y no personas tipo. 
Todas las ciudades inteligentes tienen en común la conexión con el mundo y la ciudad debe tener una mirada internacional, por lo que la ciudad debe entenderse como un sistema abierto. 
Existe el riesgo de que se incrementen las brechas sociales debido al acceso limitado de la tecnología, por lo que el sistema de educación debe dialogar con las demandas que surgen desde los barrios y comunas. 
Los desarrollos de las ciudades se deben adaptar a sus propia cultura y economía, no existen fórmulas mágicas de otras ciudades que se puedan copiar sin más ni más.
Uno de los grandes problemas de las ciudades es la segregación social. Las rutas de salida se deben establecer desde la resignificación de economía del cuidado, el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la aplicación de los Instrumentos de gobernanza como el Plan de Ordenamiento Territorial. 
Las ciudades van a tener nuevas concepciones que obligarán a los prestadores de servicios a asumir los cambios espaciales de acuerdo con las recomendaciones sanitarias. Los servicios básicos deben tener cobertura universal.  
Se necesita desarrollar una nueva gobernanza entre actores basada en la confianza y en la transparencia del uso y manejo de los recursos públicos.