Perspectivas económicas para la región en el corto plazo

Jaime Eduardo Reyes

Se espera que la economía del departamento se contraiga, particularmente en las actividades económicas relacionadas con el sector terciario. La proyección de crecimiento para el Tolima en 2019 es de 1,6%, y para 2020 podría oscilar, dependiendo el escenario, entre 1,1 a -0,1%.
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En el corto plazo, la perspectiva de crecimiento de la economía regional no es halagüeña. En servicios, dadas las condiciones de confinamiento, el segundo trimestre va a ser negativo, y para el tercer y cuarto trimestre existe una gran incertidumbre. En el sector agrícola, para el cultivo del arroz, el panorama es favorable debido a que durante los cuatro primeros meses de 2020 el precio del paddy aumentó en términos nominales en un 55% lo cual favorecerá la expansión del cultivo. En café, en el primer trimestre, el crecimiento de la cosecha ha disminuido en un 13% afectando su perspectiva. Los bajos precios internacionales del petróleo contraerá la cuenta de minas y canteras.

Un factor que afectará la economía local será la disminución de los ingresos del municipio de Ibagué por la caída en el recaudo de los impuestos tributarios corrientes. De los 177 mil millones de pesos presupuestados para la vigencia de 2020, los impuestos sufrirán una reducción aproximada del 20%, se reducirán a 135 mil millones. En 2021, el ICA será el más afectado por la crisis 2020, se proyecta un recaudo de aproximadamente 40 a 45 mil millones y no los 70 mil millones, es decir el impuesto de industria y comercio caerá unos 30 mil millones, de otro lado, el impuesto predial y la sobretasa mantendrán la tendencia. Esta situación transmitirá una disminución en el empleo público y en la inversión en bienes públicos.

La contracción que tendrá la economía local afectará el empleo, aumentará el riesgo crediticio y el nivel de cartera vencida en los bancos. Los aplazamientos de los pagos de créditos de consumo han sido un apoyo en el corto plazo, sin embargo, la incertidumbre económica puede afectar los ingresos de los hogares y por ende los pagos en el mediano plazo.

Los bancos protegerán la cartera, por lo que no prestarán fácilmente a personas naturales ni a microempresas. Podrían existir problemas de liquidez si los créditos se colocan en las grandes empresas y no en las microempresas.

Se espera que la competencia lleve al sector financiero a reducir sus intereses en préstamos de libre inversión y en tarjetas de crédito, lo que podría mejorar el consumo de los hogares.

Es probable que el préstamo informal conocido como gota a gota se incremente en los sectores sociales y en los micronegocios, acrecentando los problemas sociales.

Debido a la pérdida de poder adquisitivo de los hogares por la caída de su ingreso per cápita, vía pérdida de puestos de trabajo o reducción de ingresos salariales, se espera un aumento en la pobreza monetaria.

JAIME EDUARDO REYES MARTÍNEZ

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