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Hace aproximadamente un año escribí una columna en este diario titulada Evaluación del desempeño institucional de Cortolima 2020, por esos días había mucho revuelo porque Cortolima había quedado de última en la evaluación del desempeño institucional que le hace el Ministerio de Ambiente a las 33 CAR´s.
En dicha columna sugerí que el Consejo Directivo de Cortolima tenía que hacer una revisión profunda de las metas propuestas en su plan de acción y en la propia gestión del equipo administrativo ya que desde hace años la Corporación estaba quedando en niveles medio y bajo, además por esos días, en la espera de una rueda de prensa, pedía a la Directora que planteara la intención de hacer un plan de mejora de acuerdo a los resultados de los diferentes componente e indicadores. El tema quedó ahí, algunos sectores se pronunciaron en el mismo sentido y todos quedamos a la espera del siguiente informe.
Después de 11 meses y 15 días volvimos a conocer del tema gracias a la invitación de la Directora a un evento en el que se socializaría los resultados del informe para 2021. El titular de la nota publicada la semana pasada en este diario fue Cortolima salió bien librado en el IEDI de 2021 y el contenido de esta expresó que el mejoramiento en temas de eficacia y eficiencia misional, al igual que, en desempeño financiero, permitió a la máxima autoridad ambiental del departamento ascender en la medición que en 2020 le había pasado una ‘fuerte factura’. Supimos que el desafío de mejorar fue asumido de forma personal por la Directora como un reto.
En el informe Índice de Evaluación del Desempeño Institucional de las CAR-IEDI (vigencia 2021), que se consigue en la página del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, se observa que de los 20 indicadores que mide el Ministerio, en 13 de ellos Cortolima obtuvo una calificación superior al 90%, permitiéndole a la Corporación del Tolima obtener 38 puntos más que el año anterior y llegar a un rendimiento institucional general del 68.95%. Por supuesto que hay mucho camino por recorrer para seguir mejorando, lo bueno de la situación es que Olga Lucia Alfonso es consciente de esto.
Este caso nos deja la gran enseñanza, si se quiere mejorar el desempeño, de lo importante que es estar atento a los resultados de los indicadores de gestión y de la necesaria tarea de retroalimentación de los mismos. Debería la Directora documentar el caso como una buena práctica de gestión pública y compartírsela a algunos funcionarios públicos en el departamento que siguen en la fase de negación con respecto a los resultados de indicadores.
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