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El enfoque prospectivo tradicional en Colombia ha sido el de trabajar en la elaboración de una visión de largo plazo, bajo ese enfoque recientemente el DNP entregó la Visión Colombia 2050. Este ejercicio fue liderado por el gobierno nacional y relevó a la anterior Visión Colombia Segundo Centenario. En términos generales se mantuvo la metodología y el documento espera ser el centro de discusión que le permita al país llegar a consensos acerca de los objetivos que debemos alcanzar para construir el país de equidad que hemos soñado.
El ejercicio, en términos de planeación de largo plazo es importante, sin embargo, la rapidez con la que el mundo se está transformando y los altos niveles de incertidumbre llaman la atención sobre el hecho de que ya no basta solo con identificar las tendencias, ni los factores de cambio, se requiere además identificar cuáles capacidades deben desplegarse en los territorios para alcanzar los objetivos y metas. Por supuesto identificarlas no basta, se deben desplegar e instalar.
En el Tolima, la Gobernación está haciendo lo propio en cuanto a la formulación de la Visión 2050. Como se están siguiendo las tradicionales metodologías, hacer lo mismo llevará a proponer los productos de siempre, es decir, se redactará un documento con tendencias, fuerzas transformadoras, y escenarios, y en el afán de que el documento generé expectativas se aproximará a un Plan de Desarrollo.
El antecedente es la Visión 2025. Al evaluar los resultados del desarrollo en el Tolima, faltando tres años, se puede afirmar que muchas de las metas que se plantearon no se han alcanzado, no sólo por los diferentes factores socioeconómicos vividos durante estos años, muchos de ellos exógenos al territorio, sino porque el Departamento no logró instalar las capacidades locales necesarias para este fin. Así las cosas, pensando en el futuro, es muy importante establecer capacidades locales que le permitan a la región estar preparada para los permanentes cambios que el mundo moderno ofrece.
Se debe promover el despliegue de las capacidades institucionales, empresariales y sociales, tales como, capacidades de gestión y ejecución de las administraciones públicas locales de los municipios, y capacidades de gestión y ejecución de redes de actores locales. El Tolima requiere habilitar las condiciones territoriales que hagan posible promover la instalación de dichas capacidades.
Por supuesto que instalar capacidades es necesario, pero no suficiente para garantizar el desarrollo, también se requiere establecer una hoja de ruta, alejada de la tradicional planificación territorial, a una que se oriente por misiones, y en particular por superar los retos que surgen al querer alcanzar los objetivos del desarrollo sostenible.
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