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La lectura también debe hacerse en estos términos; la economía de Colombia debe crecer para poder distribuirla, por ningún lado se habló de decrecer la economía, todo lo contrario, hay que crear riqueza.
Y como Petro trajo a Mazzucato para escucharla y seguir sus consejos, esperamos que haya captado el mensaje frente al desmesurado afán que tiene la Ministra de Minas de acabar con el sector minero energético colombiano, la economista fue muy clara; “los hidrocarburos no van a durar toda la vida, la transición a una economía renovable necesita un plan como fruto de un nuevo contrato social”, y no de una imposición gubernamental. De seguir insistiendo en debilitar la economía del país mediante posiciones ideológicas, el desplome de la aceptación del presidente será imparable.
No es una exageración decirlo, atrás están quedando aquellos primeros días de gobierno en donde el presidente contaba con altos niveles de aceptación de la opinión pública y con la fe ciega de la mayoría de partidos políticos. En tan solo dos meses y medio de mandato, según la encuesta de Invamer publicada la semana pasada, el pesimismo de los colombianos aumentó y la aprobación del Jefe de Estado cayó. Del 56 % de aprobación de Petro en agosto hoy tiene el 46 %, con un 40 % de desaprobación, 20 % más que en agosto, y casi que empatadas los niveles de aprobación con la desaprobación. Además, el gobierno de Petro debe ver que el 64 % de la gente encuestada cree que la situación del país está empeorando, lo cual son 16 puntos más de lo que obtuvo la misma respuesta en la encuesta de agosto.
Volviendo a Mazzucato vale la pena recordar algunas de sus tesis para cambiar el capitalismo actual a uno más inclusivo y sostenible, tesis que al parecer no llegan a muchos de los asesores del gobierno: I) Los gobiernos no pueden desarrollar las misiones solos, para llevarlas a cabo, deben trabajar junto con empresas motivadas por el propósito. ii) Los gobiernos deben invertir en capacidades internas, construir la competencia y la confianza necesarias para pensar con audacia, asociarse con empresas y la sociedad civil, catalizar nuevas formas de colaboración entre sectores y desplegar instrumentos que recompensen a los actores que estén dispuestos a enfrentarse a las dificultades. iii) Requiere reimaginar el pleno potencial de un sector público motivado por el propósito público, definiendo democrática entre objetivos claros que la sociedad debe cumplir mediante la inversión y la innovación conjunta.
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