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Sobre ello, una encuesta realizada por Invamer y auspiciada por la ANDI, donde cotizantes, beneficiarios y subsidiarios otorgaban una valoración del menos del 40% sobre la calidad y la eficiencia del sistema de salud y pensión en Colombia, llama la atención que el 60% de la población no se encuentre conforme con el sistema, factores como atención, demoras y tramitología, son los que empañan un servicio con el que cuenta el 96% de la población del país, pero que no en la misma proporción apreciamos.
Por ello, es mi deber contarles que la mayoría de sistemas sociales en el mundo, se consolidan en sistemas privados como administradoras de ahorros y pólizas de seguros que no cuentan soporte estatal y aportes públicos, contrario a lo que sucede en Colombia que el sistema de seguridad social se sustenta en el aparato productivo de donde el Estado Colombiano extrae los recursos que dispone para el bono social de los colombianos, sobre ello publiqué un artículo científico, cuyo aporte consiste en calcular la incidencia del sector productivo y tejido empresarial en Ibagué y su impacto en el fortalecimiento misional de las Unidades de Salud de Ibagué USI.
Razón por la cual, puedo afirmar que las reformas no son la solución tangible a los problemas del sistema, que ha tenidos fallas de corrupción y clientelismo, malversación de fondos y hasta peculados; las reformas sociales que nos proponen se acercan más a la estatización, donde la burocracia rampante puede complejizar el problema y fracturar aún más el sistema hasta hacerlo insostenible e inviable. Por lo que es imperante que el sistema goce de dos grandes pilares, el primero un promoción más del Estado hacia la formalización empresarial y laboral, ningún gobierno es una fuente inagotable de recursos para entregar subsidios, es la dinámica del mercado donde está la empresa privada otorgando tributos, y poder gozar de sistemas sociales, un segundo pilar en endurecer las penas contra la corrupción, el prevaricato y demás delitos que afectan el sistema, no se puede eternizar los casos de Palacino, de la UNGRD, de Centros poblados, de Odebrecht, estos son las verdaderas carcomas de los sistemas.
Por tanto, podemos concluir que las reformas no lograran mejorar el sistema, que el sistema solo es viable con una cultura de cero tolerancias a la corrupción y con muchas empresas y personas naturales tributando, más fomento al empleo formal que sume a un sistema de seguridad social que puede reducir la inequidad, nada más dramático en un país que le está abriendo las puertas al mundo en la COP16, mostrar noticas sobre la no entrega de medicamentos vitales, a pacientes crónicos de hemofilia, cáncer y VIH y fallidas reformas que no contribuyen a la equidad, sostenibilidad y preservación de la vida. Claro, la COP es muy importante, pero atender nuestros problemas también.
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