El XXVII Congreso Comunal

Rodrigo López Oviedo

Durante los días 12, 13 y 14 del presente mes de diciembre, los dirigentes comunales del país estuvieron de rodadita en Neiva con motivo de la realización del XXVII Congreso Nacional de Acción Comunal que convocó su Confederación Nacional.

Este evento, que contó en su instalación con la presencia de Iván Duque, presidente de la República, de varios ministros y de otros altos funcionarios, no satisfizo plenamente las expectativas de todos los líderes allí presentes, y con mucha razón: Un congreso, para que pueda hacerle honor a tan comprometedora denominación, debe orientarse a evaluar la marcha de la organización y el actuar de sus directivos, a elegir la nueva dirección, a examinar el uso de los recursos económicos y, sobre todo, a establecer las políticas, planes y programas que han de seguirse hasta que se reúna un nuevo Congreso.

Estos cometidos, y en particular los controles que implican, no han sido atendidos por ningún congreso, lo que ha llevado a que algunos directivos se sientan con las manos libres para intentar convertir el movimiento en una comisión de aplausos al alto gobierno, como quedó escandalosamente evidenciado en este Congreso de Neiva, en el cual el presidente de la Confederación se deshizo en elogios a Duque, al cual otorgó medalla de oro y el título honorífico de Presidente Comunal, al igual que el de Ministra Comunal a la ministra del Interior. ¿La razón? Haber tenido la gentileza de reunirse varias veces con estos directivos, haber aprobado 17 mil millones de pesos para el desarrollo de unos cuantos proyectos comunales esparcidos por todo el país -lo cual es nada si se tiene en cuenta que los comunales llegan a casi siete millones- y haber autorizado 300 subsidios para estudiar a distancia en la Unad.

Sería bueno que estos directivos compararan esas migajas con lo que le cuesta al país el esquema de seguridad de Álvaro Uribe, por ejemplo, para no hablar de los 60 billones que se pierden anualmente en corrupción y del desestímulo del propio Duque a los trámites de los proyectos de ley originados en la consulta anticorrupción.

Por fortuna hay una gran franja de comunales que han puesto sus capacidades al servicio de lo que verdaderamente le interesa al país, como lo evidenciaron a través de su respaldo a las multitudinarias movilizaciones ocurridas recientemente, incluidos los dos paros nacionales y los cacerolazos; su defensa de los acuerdos de paz y su exigencia a Duque para que no los siga haciendo trizas; su rechazo al fracking y su defensa del medio ambiente.

A propósito: ¿por qué no quedarían incluidas estas decisiones del Congreso en sus memorias?

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