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Detrás de esta expresión está la justificación, razonable por cierto, de que los medios sean selectivos al momento de informar, dado que los espacios noticiosos siempre son limitados, y sus dueños están en el derecho de aprovecharlos como a bien tengan.
Pero una cosa es que los espacios sean limitados y otra que los utilicen, no para informar, sino para influir aviesamente en la opinión pública, como ha ocurrido siempre que se informa sobre políticas y políticos que no encajan en el querer y los intereses de las castas dominantes.
Cuando el Consejo de Ministros de la Unión Europea decidió no reconocer los resultados de las recientes elecciones en Venezuela, lo hizo desfavoreciendo a Nicolás Maduro, declarado vencedor por el Consejo Nacional Electoral de ese país, pero también a Edmundo González, que se autoproclamaba presidente electo.
Sin embargo, tal decisión fue presentada por esos grandes medios como si hubiera sido desfavorable solo a Nicolás Maduro, con lo cual se acentuó en la opinión pública la idea de este como presidente ilegítimo, al tiempo que la figura de Edmundo González quedaba insinuada como la de una víctima de fraude electoral.
Es posible que la Unión Europea cambie de opinión cuando se reúna en Asamblea General; pero, así lo haga a favor de Maduro, con ello no se acallarán las voces periodísticas que siempre se han alzado contra este vencedor de mil batallas electorales.
Tales procederes dan la razón a Gustavo Petro cuando, en el Encuentro Nacional de Medios Alternativos, Comunitarios y Digitales realizado en Armenia este 12 de septiembre, señaló como causa de tales procederes el predominio del gran capital en el manejo de los grandes medios; y como antídoto, la necesidad de incentivar los medios alternativos como expresión que son de la democracia, y como una de las mayores riquezas de la Colombia diversa, que pareciera “querer ser aplastada por una homogenización de las mentes, un pensamiento único que (…) sale (…) de los grandes medios de comunicación, pero se financia fundamentalmente con los grandes capitales”.
Hay en esta afirmación de Petro una invitación a los medios alternativos a desarrollarse, sin necesidad de homogenizarse, como bien lo dijo; pero ojalá también hubiera un compromiso de su gobierno a contribuir con tal desarrollo, lo cual constituiría un gran aporte a la democracia, la cual resulta inconcebible si la ciudadanía no cuenta con medios de información y opinión que le sean propios y le permitan hacer realidad el derecho constitucional a estar bien informada.
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