Con el sencillo argumento de que Colombia no puede repetir la historia de Venezuela la derecha está a pocos días de continuar en el poder como lo ha hecho desde la independencia. Nadie quiere que el temido exguerrillero Gustavo Petro o la izquierda que acompaña a Sergio Fajardo tomen las mismas medidas que llevaron a Venezuela a la caótica situación en que se encuentra hoy en día. Ese pánico generalizado a repetir la historia de Venezuela es el gran determinador de las próximas elecciones.
El candidato de Uribe, con cero experiencia en el poder ejecutivo y tratando a toda hora de decir lo políticamente correcto es el más opcionado para lograr salvarnos de no ser otra Venezuela. ¡Dios nos libre de repetir esa historia!
Con esa fácil campaña de terror diseñada desde las entrañas mismas del uribismo tienen a todo el país amedrentado pues claramente las noticias que nos llegan desde Venezuela son cada vez más catastróficas. Así que nuevamente, por enésima vez, van a lograr que el país entero tome una decisión equivocada por el problema equivocado. Y el problema está equivocado, mal planteado, la ecuación es la incorrecta, porque el terror no debería venir sobre la historia de Venezuela, sino por algo mucho peor, que repitamos otra vez nuestra propia y dramática historia. Nuestra historia no tiene Chávez ni Maduros por fortuna, pero además de una corrupción sin límite, comprende el asesinato selectivo de eminentes políticos, el exterminio sistemático de un partido político completo como lo fue la UP, un crimen de lesa humanidad del cual el Estado Colombiano es ampliamente responsable. Sin terminarse de implementar los acuerdos de paz ya van más de dos centenares de líderes sociales y más de 50 miembros de las Farc asesinados, varios de ellos en - casualmente, repitiendo la macabra historia. Del año 1996 al 2012 hubo casi 5 millones de víctimas de desplazamientos forzados, la mayoría de los cuales jamás van a recuperar sus tierras. Eso ha permitido que en éste siglo 700 fincas sumen el 50% de la tierra productiva en Colombia como mostró el censo agropecuario, convirtiéndonos en uno de los países más desiguales del planeta. Pues bien, de acuerdo al Registro Único de la Unidad de Víctimas, durante el 2017 otras 55 mil personas fueron desplazadas por la fuerza.
El Centro Nacional de Memoria Histórica registra que desde 1988 al 2012 hubo 716 acciones bélicas dejando 717 guerrilleros muertos; sin embargo durante el gobierno del Doctor Uribe se asesinaron a miles de jóvenes eufemísticamente llamados falsos positivos. Hoy la cifra para algunos sube más allá de 10 mil, otros hablan de 6 mil, y de todas maneras la Fiscalía adelanta 4382 casos de falsos positivos; seis veces más muertos en ocho años que los de las acciones bélicas en 24 años. Sin contar con que en ese mismo lapso se registraron 25 mil desaparecidos. Así que los temerosos colombianos que no quieren que aquí se repita la historia de Venezuela, tras la fachada de un hombre nuevo, van a darle el poder nuevamente al segmento político que teniendo el mayor número de personas procesadas o juzgadas por corrupción, permitió, estimuló y produjo muchos de esos vergonzosos hechos que eran los que realmente deberíamos tener terror de repetir.
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