Tremendo zaperoco nos ha quedado a raíz de la contratación y ejecución de las obras para los inolvidables Juegos Deportivos Nacionales y el equivocado manejo dado por la actual administración al embrollo jurídico que heredó del tristemente célebre Luis Hernando Rodríguez.
El panorama actual pudo haberse evitado si la decisión inicial que mostró Guillermo Alfonso Jaramillo en campaña, se hubiera concretado en decisiones y actos administrativos reales, y la exigencia a las autoridades disciplinarias y penales para que hicieran inmediata y eficaz intervención.
Es que como se advirtió desde esta misma tribuna (columnas en el diario EL NUEVO DÍA del 11 de octubre y 8 de noviembre de 2015 y 11 de febrero de 2016), el tumbis fue sesudamente planeado y orquestado para que produjera los hechos y consecuencias jurídicas con las que hoy nos encontramos.
En lo único que se equivocaron las nefastas celebridades fue en la pérdida de su candidato continuista a la Alcaldía, Jhon Ésper Toledo. Nunca se imaginaron que con el poder de la maquinaria burocrática y política (más de 30 congresistas, decía el bufón) y del dinero aportado por múltiples contratistas y beneficiarios de su desastroso ‘gobierno’, la estantería se les podía caer.
Pero al fracasar la táctica, el objetivo estratégico fue conseguido por las dudas y fallidas decisiones jurídicas del actual Alcalde de Ibagué.
El doctor Mata (Orlando Arciniegas Lagos), actor jurídico del desastre, huye con las alforjas llenas. Los contratistas de Typsa (españoles que hicieron los estudios y diseños de los escenarios) sacaron en euros y dólares su tajada y nunca responderán ante nuestra justicia, como tampoco se evidencia que lo hagan contratistas de obras, interventores, contratantes y supervisores.
Valga decirlo, la aplazada decisión de imputar cargos de la Fiscalía General de la Nación en su Unidad de Delitos contra la Administración Pública del Tolima y Unidad Nacional Anticorrupción, es un dañino resultado del compadrazgo y contubernio político del Fiscal General y quien lo reemplaza temporalmente, con actores políticos (congresistas tolimenses y del Huila) y gubernamentales nacionales y locales (Coldeportes y Alcalde de Ibagué).
La frustrada aspiración del fiscal encargado, Jorge Fernando Perdomo, de ser ternado por el Presidente para ocupar como titular tan importante cargo, hizo que los congresistas del otrora Tolima Grande fueran necesarios en el lobby a realizar ante palacio y estos favores fueran previamente recompensados.
Y si algún día llegare la sanción punitiva disciplinaria y/o penal (?), el daño patrimonial, psicológico, social y competitivo a nuestros deportistas y coterráneos nunca podrá ser compensado.
Divertidos eran los fines de semana en el Parque Deportivo para cientos de familias que asistían llevando niños y adolescentes al patinódromo, a la piscina con olas, a las escuelas de fútbol infantil y juvenil compitiendo o entrenando y a adultos y de la tercera edad enfrentados en reñidos juegos de tejo.
Ahora, sin escenarios antinguos, a gastar más plata en interminables líos judiciales, mientras que lo construido de los nuevos caerá en ruina.
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