Después de los escándalos en las campañas de los candidatos que lideran las encuestas: Santos y Zuluaga, la opinión de muchos analistas es que cualquier cosa puede pasar. Inclusive, algunos se atreven a afirmar que el pueblo colombiano le daría un mensaje a la clase política votando por el cambio.
Justo cuando las encuestas empezaban a mostrar la tendencia y posibles resultados para la primera vuelta, la Nación presenció actitudes nunca vistas en la política electoral calificadas como guerra sucia y que además atentan contra la libertad, la democracia y la buena salud política de la Nación.
Como era lógico, la gente al ver tan bochornoso espectáculo aumentó sus niveles de desconfianza en los políticos a tal hecho que los candidatos tuvieron que sacar banderas blancas.
Hoy se siente un clima de duda para con estos candidatos y sus cuadros de campaña, y de poco sirvieron las renuncias de J.J. Rendón y Luis Alfonso Hoyos. Más aún, la gente del común advierte que no hay mucha diferencia entre estos candidatos y se desconcertó al verlos juntos en una foto vestidos con la misma camisa.
Todo esto ha aumentado la apatía electoral. De hecho, nunca se había visto tanto desgano de los ciudadanos y tan poca motivación para votar por algún candidato como en esta campaña presidencial. Muchas personas con las que he hablado sobre el tema y que pensaban votar me han comentado que lo están dudando y que de hacerlo aún no han definido su voto.
Y para añadir, se ha comunicado tan poco sobre las propuestas que las personas consideran que ningún candidato da la talla para ser el próximo presidente.
En este escenario, la campaña de Martha Lucía Ramírez ha redoblado esfuerzos invitando a votar por la candidata conservadora.
Ella misma asumió una posición políticamente correcta al recordar que el país quiere escuchar las propuestas para los próximos cuatro años y que el debate definirá el rumbo de Colombia.
Martha Lucía Ramírez le apuesta a la lucha contra la corrupción y la legitimidad de las instituciones para devolverle a la Nación la confianza y la esperanza en el futuro. Ella afirma que “solo con unas instituciones fuertes podemos avanzar de manera sostenida para garantizarles a los colombianos mejor educación y salud; más seguridad y empleo; acceso a la justicia y una verdadera paz con condiciones y sin impunidad”. Yo también lo creo.
Seguramente los conservadores que estaban indecisos en votarle ahora lo harán, como también muchos ciudadanos que utilizan las campañas para definir su voto.
En el Tolima los representantes conservadores electos se unieron en torno a ella e invitaron a votarle. Las bases del partido Conservador siempre han tenido vocación de poder por lo que esperar un mayor acompañamiento a la candidata es totalmente lógico.
No obstante, para que los apoyos de las bases conservadoras sean masivos, la candidata deberá demostrar durante estos días que no es un alfil del uribismo al interior del Partido y que es sincero su interés de llegar al solio de Bolívar.
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