Con el sol a sus espaldas es pertinente que los alcaldes y el Gobernador ajusten sus equipos de gobierno y las estrategias de inversión.
La verdad es que los actuales gobiernos solo tienen 18 meses para culminar con éxito su mandato, por lo que no tienen espacio para ninguna equivocación.
Como es normal en nuestra cultura política, los gobernantes quieren que sus propuestas y programas continúen, es lógico desearlo, y por lo tanto deben estar pensando en quién los va a suceder en el cargo.
Sin embargo, en muchas ocasiones los dirigentes viven en un mundo construido por halagos que les impide ver más allá de las opiniones de sus subalternos. Lo nocivo de esta situación lo descubren después de salir del gobierno. Por ese motivo me atrevo a escribir esta columna para decir algunas cosas que ellos ya saben.
Algunas renuncias de secretarios de despacho y de gerentes de institutos descentralizados por estos días están motivadas por sus aspiraciones políticas de cara a las elecciones locales del 2015. Estas son esperadas, por lo tanto normales y de fácil gestión por parte de un alcalde o gobernador, las difíciles de definir son aquellas que se deben dar buscando mayor eficiencia y eficacia para los gobiernos. Y aún más difícil encontrar sus reemplazos, tal vez están en el mismo equipo de gobierno.
No hay duda que la pregunta del millón para el líder del ejecutivo es qué variable tener en cuenta al momento de ajustar su equipo: las personales, las políticas, las administrativas. A mi parecer, en este momento aunque una combinación entre estas es lo recomendable, las terceras son las que deben primar. Difícil de entender y aceptar por parte de un político.
Con relación a las estrategias de inversión los gobernantes debieran concentrarse en invertir los presupuestos y proyectos que a la fecha tienen aprobados y diseñados. Durante meses le dijeron a sus electores y a la sociedad en general que este último periodo sería el de las obras, por lo que coherentemente deben concentrarse en ejecutar todo aquello que ya está contemplado. Tal vez lo único que justifique un nuevo lobby sería el de adicionar recursos para completar o concluir proyectos. No es tiempo de distraerse en gestiones ante un nuevo gobierno que hasta ahora va a empezar con los trámites para un nuevo plan de desarrollo.
En el ocaso de los gobiernos lo que se debe hacer es trabajar como si fuera el primer día del mandato, redoblar los esfuerzos y aumentar los canales de comunicación con las comunidades, ya que cuando menos lo esperen llegará un nueva ley de garantías promovida por las nuevas elecciones regionales y con esta llegarán nuevas restricciones.
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