La semana antepasada publique una carta política que podría resumirse así: El Partido Conservador en el Tolima es una colectividad importante y de mucha vigencia, la primera más votada en las elecciones a la Cámara de Representantes en el departamento y la segunda en Ibagué, la segunda para Senado, y la tercera en la primera vuelta presidencial.

En segundo lugar, le asiste a este partido la obligación de tener vocación de poder y por lo tanto debe presentar candidatos a las alcaldías y a la gobernación. Para ello, los líderes del Partido deben convocar un ejercicio amplio e incluyente que permita construir de manera compartida una propuesta de plan de gobierno.

Finalmente, la invitación que hago a todo el Partido es buscar la unidad en el marco de un mínimo de garantías para todos aquellos que quieran participar en los procesos de selección de candidatos lo hagan.

El debate está vigente, se han realizado de manera espontánea reuniones no solo entre líderes, sino también entre dirigentes. Inclusive dicho debate debe superar las fronteras de ese partido.

Algunas personas me han preguntado y otros me han expuesto algunos proyectos y grandes líneas de trabajo que podrían ser discutidos durante las reuniones, foros o conversatorios.

Con relación a esto, en la carta mencionada propuse lo siguiente:

No hay duda de que luchar por disminuir la desigualdad, superar la pobreza y alcanzar mayores niveles de crecimiento es una tarea inaplazable que convoca a todos los tolimenses.

Durante el próximo cuatrienio, con o sin acuerdo en La Habana, los tolimenses tenemos que trabajar en resolver los problemas que incrementan la brecha social y que causan la demanda social, debemos buscar caminos de reconciliación y paz.

Ciertos problemas estructurales del Departamento deben ser objeto de estudio y de formulación de propuestas; la salida a la crisis de la red hospitalaria y el mejoramiento del servicio de salud, la pavimentación de vías secundarias y el apoyo al mantenimiento de vías terciarias, un mayor acceso a educación de calidad en todos los niveles, el impulso al desarrollo rural integral en todos los municipios y en particular en el Tolima profundo, el impulso a nuevas apuestas productivas respetuosas del medio ambiente y la lucha frontal contra el calentamiento global.

Se debe crear oportunidades para todos los Tolimenses y trabajar para que se aprovechen, crear capacidades humanas, está prohibido seguir excluyendo a las personas, esta característica de los últimos veinte años de la política tolimense debe terminar.

Es importante que los debates sobre la viabilidad territorial del Tolima conduzcan a culminar las megaobras que amenazan con convertirse en sueños frustrados; el Túnel de la Línea, el Triángulo sur del Tolima y la navegabilidad del río Magdalena.

Es importante que la propuesta reconozca los avances sociales de la segunda década del siglo XXI, mire a la juventud y comprenda sus grandes potencialidades, demandas y anhelos. Es hora de frenar los embarazos adolescentes, la falta de oportunidades que los obliga a irse de sus municipios, y el poco acceso al empleo de calidad.

El debate sigue abierto.