En este lunes de Pascua debo confesar que desde hace varios años no me quedaba en Ibagué durante toda la Semana Santa, en ocasiones viajaba de paseo con mi familia y en otras visitaba algunos municipios. Y aunque siempre intenté vivir la Semana Mayor en dichas visitas, la verdad es que hace tiempo no participaba en ésta como lo hice la semana pasada.
¿Qué encontré en la Capital Musical durante mi visita a las distintas Iglesias? Encontré un gran fervor de los fieles católicos, una gran dedicación de las distintas comunidades de las parroquias y un gran liderazgo de parte de los sacerdotes.
Ahora bien, y con respecto a los mensajes, ¿cuáles fueron los que más llamaron mi atención? La necesidad de alcanzar la Paz en Colombia y de fortalecer el amor en la Familia.
El mensaje por la paz fue claro: construir la paz en nuestro país, perdonando, permitiendo la reconciliación y la solidaridad, superando el resentimiento. El mensaje se fortaleció con el anuncio de la visita a Colombia del papa Francisco.
¿Y cuál es el papel de la sociedad? Para alcanzar la paz se requiere que la sociedad supere la superficialidad y la indiferencia. Dejar de lado la indiferencia, esa actitud que nos lleva a cerrar los ojos frente a los sobrevivientes del conflicto armado pensando que la guerra, sus causas y efectos no son nuestro problema.
Nuestra gran tarea, como sociedad, y la del Estado, es detener la pérdida de vidas humanas en una guerra que deja miles de familias adoloridas y resentidas. Es prioritario para alcanzar la paz valorar la vida humana.
De otro lado, todos podemos apoyar la búsqueda de la paz siendo especialmente solidarios con las víctimas del dolor. “La solidaridad nos engendra para la paz, principalmente porque nos saca de nuestro estado de confort, de la infame tendencia a considerarnos el centro del mundo, y nos lleva a sentir compasión por los que sufren. ¡Qué pasará en Colombia cuando se rompan las cadenas de la violencia y se establezca el vínculo de comunión entre todos! No tengamos miedo de ser solidarios, especialmente con las víctimas del dolor, del resentimiento y del odio de los conflictos, que son nuestros hermanos”.
Y como siempre, la esperanza es base fundamental en este propósito. Recuperar la esperanza para la sociedad es vital. Muchas veces, sino en todas, porque la sociedad se ha dejado robar la esperanza. “La esperanza nos dice que todo trabajo que hagamos para defender la justicia, impulsar la fraternidad, generar solidaridad, promover el diálogo y el camino del entendimiento no será en vano”.
Y en todo este camino la Familia es indispensable. Por eso es importante apoyarla, fortalecerla, entender que desde ella se construye la sociedad, por lo que el perdón, la reconciliación y la solidaridad nacen en ella. Si anhelamos un país en paz, necesitamos familias en paz, comprometidas con el amor y la esperanza.
Comentarios