En reciente reunión de varias plataformas que defienden los derechos humanos, la participación ciudadana y la paz, se discutía acerca de lo crucial que resulta ser la elección del nuevo Congreso de la República por varias razones:
1. El 11 de marzo los colombianos elegiremos Congreso de la República, donde estarán 100 senadores por circunscripción nacional, 2 senadores por la circunscripción especial indígena, 5 curules para el partido de las Farc y 1 curul para el candidato a presidente que obtenga la segunda votación, en total serán 108 senadores.
2. En la Cámara de Representantes se elegirán 166 congresistas, de los cuales 6 serán Representantes a la Cámara del departamento del Tolima.
3. Necesitamos un Congreso que se la juegue por la paz, con unos congresistas que formulen y aprueben leyes que nos permitan consolidar una paz estable y duradera.
4. Un Congreso que apruebe un plan nacional de desarrollo donde la paz esté presente con un adecuado presupuesto.
5. Un Congreso que le apueste al desarrollo legislativo que permita un verdadero desarrollo rural integral como soporte fundamental para el desarrollo económico del país, favoreciendo los intereses del campesinado, tradicional actor excluido en Colombia.
6. Un Congreso que legisle sobre la planeación del desarrollo y que políticamente respalde la participación ciudadana en esta planeación, en el ordenamiento territorial y en los presupuestos participativos.
7. Un Congreso que defina garantías para la participación ciudadana, la movilización social y la protesta pacífica.
8. Un Congreso que defina normas para el uso de los recursos naturales de cara a la paz, el desarrollo y la convivencia. Que defienda las consultas populares y que entienda que la participación es uno de los más importantes derechos ciudadanos.
9. Un Congreso que le apueste a la descentralización, la autonomía territorial y el ordenamiento territorial para construir la paz en los territorios.
Esto nos jugamos los tolimenses y los colombianos este próximo 11 de marzo, por eso la importancia que tiene que todos participemos, especialmente ese universo de jóvenes que en una cantidad aproximada de tres millones por primera vez ejercerán su derecho al voto.
La participación electoral informada, responsable y honesta nos acercará al sueño de un Estado social de derecho que garantice la paz, la vida digna y bella para todos. Esa es la invitación y ese el desafío de la ciudadanía.
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